Al poco de hacerse público el programa de las XII Jornadas sobre ganado de Lidia y Tauromaquia (UPNA, 18 y 19 de febrero), recibimos un e-mail de la fundación AnimaNaturalis Internacional en Cataluña, indignada porque la universidad albergara unas jornadas de estas características. Después de aleccionarnos sobre el papel que tiene que jugar la universidad en la sociedad, se despachaba diciendo que mostramos que maltratar, torturar y matar a los animales es correcto, ¿cabe mayor ofensa?
Nuestra universidad, al ser pública, acoge cualquier actividad intelectual y social dentro del rigor, del respeto y de la tolerancia que, junto con la libertad, son los puntales básicos de la institución. Las jornadas se han celebrado de forma distendida y participativa, han intervenido veintiocho ponentes y moderadores y han asistido, previo pago de una cuota, un número considerable de personas venidas de diferentes CC.AA. y, por supuesto, de Navarra; también nos han acompañado un buen puñado de franceses. En el transcurso de las mismas un grupo animalista repartió pasquines cuyo mensaje era que la tauromaquia es crimen y tortura. Estos grupos solo saben ofrecer esta aportación a la sociedad que, a fuerza de repetirla, acaba por calar en el sentimiento de las personas bien pensantes. También aprovechan estos mensajes para inundar las redacciones de los medios de comunicación y las direcciones de las empresas que tienen alguna relación con los toros, con presiones y amenazas para que se alejen de la tauromaquia; por desgracia, a menudo suelen claudicar y los animalistas consiguen sus objetivos. Ante esta sumisión pierden más de lo que ganan, pues hay mucha más gente que respeta la tauromaquia que los que la repudian.
La universidad española siempre se ha interesado por la tauromaquia porque, además de tradición, es una parte importante de nuestra historia y de nuestra cultura. Se ha trabajado sobre la producción del ganado bravo y sobre la fisiología del toro que, como consecuencia de la selección desde hace unos cuatro siglos, resulta un animal capaz de superar el dolor durante la lidia, al haber desarrollado un nuevo sistema neuroendocrino de respuesta al mismo; además, la raza de ganado de Lidia es la raza autóctona de fomento más numerosa de España. El ganado bravo juega un papel importante en la ecología y en el mantenimiento del medio natural de amplias zonas de nuestro país, especialmente, de la dehesa, un importante ecosistema agrosilvopastoral con un total de unos tres millones y medio de hectáreas. Se investiga sobre el impacto económico y la generación de riqueza en una parte importante de la población española, donde genera unos doscientos mil empleos de los que cincuenta y cinco mil son directos. Y, lo que es más llamativo, es la fuerza cultural de la fiesta de los toros, pues la tauromaquia es fuente de inspiración de las siete artes fundamentales, desde la pintura al cine, y de las artes menores o aplicadas (fotografía, gastronomía, costura…). Ya solo por estos avales culturales, la tauromaquia pasa la nota de corte para poder inscribirse en cualquier universidad española.
Antonio Purroy, catedrático de Producción Animal