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EL AFICIONADO – Madrid, desde mi delantera del 9

Fotos Alberto Simón/ Plaza 1- Alfredo Arévalo

por Miguel Cid Cebrian

Jueves 6 de Octubre

Aquí hay un torero importante

La Feria de Otoño 2022 está ya mediada y no ha hecho más que empezar. Y es que aunque es corta, tiene su enjundia. 

Anteayer jueves, vimos una novillada con la expectación de los utreros de Valdellan y por ello hubo una entrada aceptable. Sin bien, dos fueron rechazados en el reconocimiento y fueron sustituidos por otros de López Gibaja. Los unos y los otros no sirvieron mucho, los primeros por falta de fuerza y trapío y los segundos por endeblez descarada que obligó a sacar hasta tres sobremos más.

No obstante, al tercero de Valdellan lo toreó muy bien Jorge Martínez que dio unos naturales magníficos ovacionados con calor por el público. Se le pidió la oreja y dio una merecida vuelta al ruedo. El de Totana, ese es su pueblo, tiene dotes de buen torero y puede llegar. El francés Yon Lamothe, no dijo nada y Diego García, más entonado, tampoco destacó.

Yo estaba en el callejón invitado por Pedro Mora ex director de Asuntos Taurinos de Madrid y que es un sabio de esto me dijo que existe la tradición de que los alguacilillos den caramelos. Una buena acción para tardes poco  como esa que así nos la endulzó un poco nuestro amigo Fran que además es farmacéutico lo que garantiza que no estan envenenados.

Viernes 7 de Octubre

El toreo de clase de Ortega

La corrida de ayer viernes casi llenó la plaza. Había un cartel atractivo, Diego Urdiales,  Juan Ortega y Pablo Aguado con toros salmantinos de El Pilar, de procedencia Aldeanueva, José Matías Bernardos «Raboso», Fonseca-Domecq. Y doy todos estos datos porque además de conocer in situ la ganadería y haber sido amigo tanto del tío  José como se le conocía a Raboso y de su hijo Domingo y su viuda Argentina, aparece la palabra Domecq y eso es un estigma para los ultras de Las Ventas.

Hubo al menos unas vistosas faenas de capote que también deberían contar, aunque el presidente la corte con un precipitado cambio de tercio a los primeros capotazos. No sé qué prisa tiene el usia en sacar el pañuelo. En fin, es lo que hay aunque no debería haberlo. 

La tarde no fue buena, pero tampoco de las peores y desde mi andanada, esta vez sin los caramelos de Fran, que eché de menos, me consolé con la coca cola de turno y la charla con mis vecinos siempre atractiva. Luis Miguel Moro, que fue torero y es de nada menos que del muy taurino  Vitigudino, me decía que al quitarle las fundas a los toros en  sus cuernos les afectan en sus embestidas. 

Sea lo que sea, la tarde discurrió apacible y sin sobresaltos que no es poco. Y ¿qué vimos?. Urdiales apuntó su firmeza y depurada torería pero le vi despegado y sin demasiada convicción. Posiblemente decepcionado por la poca idoneidad de sus contrincantes faltos de raza y bravura suficiente.

Y el dúo sevillano, muy bien con el capote como he dicho antes. Toreando con empaque y poderío. Y ambos con ganas y entregados. Destacando Ortega en el quinto en el que podría decirse que no hubo toro pero si torero ya que lo puso todo él. Hubo petición y vuelta en consonancia con su buena faena.

Y esto fue todo desde mi visión desde la altura ya que no me ando con medianías: O abajo en el callejón o arriba en mi delantera de andanada en la que tengo una visión amplia y abarcadora.

Sábado 8 de Octubre

Uceda Leal, torero de la afición de Madrid

Recuerdo que fue en febrero de 1993 en la plaza fija de Santa Cruz de Ciudad Rodrigo. Era la final del Bolsin Taurino de Ciudad Rodrigo para elegir al triunfador y los cuatro finalistas que matarían los novillos de los festivales del Carnaval del Toro de la ciudad.

Yo era miembro del Jurado y lo tuvimos claro: el triunfador elegido fue un joven espigado con pantalones vaqueros: José Ignacio Uceda Leal de la Escuela de Tauromaquia de Madrid. Luego se produjo un curioso y desagradable incidente pues Uceda no se presentó al acto de proclamación del triunfador y fue sustituido por el segundo clasificado. Yo, tampoco pude  estar presente y hubo sus palabras y discrepancias. Pero eso es agua pasada como él mismo ha reiterado.

El caso es que tengo grabado en la retina el toreo sobrio y poderoso de aquel jovencísimo novillero de 15 años al que siempre he seguido y admirado. Incluso en su época menos activa siempre le he echado de menos. Recuerdo incluso su lidia en una tienta en la finca salmantina de Carreros con los de José y Juan y en la que Juan Carlos Martín Aparicio q.e.p.d. nos obsequió con un libro que presentó allí mismo. Una tienta ilustrada la llamé yo porque fuimos a la placita con un libro en las manos para seguir la lección del buen toreo de Uceda.

Ahora , el día 8 de Octubre,  Uceda hizo bueno en Las Ventas, lo que nos había dicho semanas antes en casa de Raul Galindo, «ahora toreo mejor que nunca». Y lo demostró con creces. Incluso hubo un duelo de capote con Morante en el primer toro, el mejor de los seis, en el que salió muy airoso, sino vencedor y ya es decir ante el arte de Morante.

Ahora dirán que Uceda es torero de Madrid y yo discrepo, es torero de siempre con arte y valor. Técnica depurada y verdad en todo lo que hace ya que, como decía Luis Miguel, engaña al toro diciendo la verdad. Un torero de época al que vi nacer en nuestro Bolsin.

Y bueno, la tarde del día ocho allí estuvo Morante con sus genialidades y su valor indiscutible en el quinto, saliendo muy airoso. Y quede ahí la cosa porque no se hablar mal de Morante aunque no esté bien.

Y, por último,  Ángel Téllez hizo lo que pudo ante un encastado tercero del Puerto San Lorenzo, que le sobrepasó, para rematar con dignidad en el sexto.

Y eso fue todo en la esperada corrida de la expectación que llenó la plaza y dejó el regusto de un Uceda que se ha situado como triunfador indiscutible del abono de la Feria de Otoño. Toreros así hacen falta en una fiesta que, se diga lo que se diga, sigue adelante.

Domingo 9 de Octubre

Buena temporada de Lorenzo

Con toros de Fuente Ymbro y uno del Puerto de San Lorenzo, terminó el abono de la feria de Otoño de Las Ventas. En el cartel M. Ángel Perera, Juan Leal y Álvaro Lorenzo y una entrada más que aceptable superándose los tres cuartos de aforo. Tarde de suave temperatura y sin viento ese enemigo tan molesto para la lidia.

 Yo hago todo este prólogo porque no hubo nada resonante que contar salvo una actuación muy valerosa de Perera en el primero que fue de menos a más y que tuvo petición y vuelta. Así como un arrimón tremendo del francés Juan Leal que gusto y sobrecogió a la mayoría con discrepancia de nuestros habituales talibanes. De Álvaro de Lorenzo muy poco que contar salvo la voluntad con el del Puerto, de buen trapío.

Si pueden destacarse el buen hacer de picadores como Tito Sandoval muy ovacionado y de los banderilleros Curro Javier, Iván García y Fernado Sánchez extraordinarios en su cometido como tantas tardes. Algún día habrá que pedir también la vuelta al ruedo para tan extraordinarios rehileteros.

Y una sugerencia el premio de la oreja no puede depender solo de los pañuelos que aparezcan pues muchos, la mayoría diría yo nos los tienen. El famoso y anticuado moqueri ha desaparecido y el Reglamento Taurino solo habla de «petición mayoritaria del público». Y esta puede ser a viva voz como sucede en Francia. Así hemos visto negar las orejas por haber insuficientes pañuelos, como ha sucedido con Uceda Leal cuando «la mayoría» la pedía. Creo que aquí debe añadirse «a criterio del Presidente». Pero esto es otro cantar. Ya lo veremos. 

Miguel Cid Cebrian

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