La desnudez que expone a la tauromaquia en Venezuela es causa de la falta de unidad por parte de los estratos que integran la sociedad taurina.
 Es tal la flaqueza de las instituciones que los venezolanos hemos tocado fondo sin que percibamos soluciones para evitarlo. No tenemos respuestas , protestas, alarmas o reacciones que intenten evitar la desaparición de los toros en una nación que hace poco lideró movimientos importantes apoyando el desarrollo de la fiesta de los toros.Â
La desnudez en Venezuela nos ha convertido en desamparados en la defensa de la tauromaquia, porque  no funcionan las distintas asociaciones del estrato taurino:
No hay una Asociación de Criadores de Toros de Lidia. La Asociación existe en el papel, pero ha desaparecido en sus funciones.
 Los propietarios de las pocas ganaderÃas que nos quedan, ni siquiera se reúnen.Â
No hay entre ellos la necesaria y urgente comunicación que pudiera generar beneficios en la crÃa: alimentación, salud y reproducción selectiva del tesoro que significa y representa el toro de lidia.Â
No existen las empresas organizadas, porque los que fungen de empresarios, habiendo dejado de lado el impulso gremial, ejercen sin competencia y se autocalifican como organizadores de los eventos, sin proyectar y mucho menos sembrar la tauromaquia. Las Escuelas Taurinas han ido desapareciendo, quedando en funciones una o dos escuelas y una que otra caricatura de un taller carente de teorÃa, opinión, o sistema de enseñanza.
El colmo ante tantas irregularidades es la falta de comunicación: no hay prensa taurina. No hay espacio para los toros en los medios de comunicación. Hasta hace poco, cada diario o periódico que se apreciara tenÃa un periodista encargado de la información taurina. Esto desapareció de todos los medios. Escasos y con exiguo apoyo publicitario los programas radiofónicos. Ni habar de la televisión, las revistas, los libros. No existen
A este panorama de la organización taurina venezolana hay que agregarle la complicidad del estamento polÃtico que rige el destino de la nación venezolana, que actúa a espaldas de la constitucionalidad. El ejemplo más evidente es el de la FiscalÃa General de la República Bolivariana de Venezuela que ejerce el papel de un intolerante Torquemada, intolerante e inflexible en la represión desmedida e irracional en contra de la libertad de participar en los diversos estamentos de la tauromaquia. El actual Fiscal tiene como meta  la desaparición de los toros, no la prohibición, pretende la desaparición de la fiesta de los toros en la nación venezolana.