El Ojo Crítico

EL OJO CRÍTICO – Expectación para un pleito en la cumbre del rejoneo?

Expectación para un pleito en la cumbre del rejoneo?

En la Feria de la Magdalena se veían las caras, con toros de Adolfo Martín, Diego Ventura y Guillermo Hermoso de Mendoza. Es decir, se enfrentaba el heredero del legislador del rejoneo moderno al líder del toreo a caballo. Por supuesto, hablo del arte de Marialva en España, no en Portugal, patria del rejoneo, cuya tauromaquia no he presenciado. 

El duelo, suspendido por la lluvia, tenía su miga en dos planos: el artístico y el político (político taurino, se entiende). El hispanoportugués es un torero poderoso y valeroso con el caballo y con el toro. Su doma es firme, me atrevería a decir que casi violenta; el impacto de su toreo, estremecedor, conmociona a los públicos. Del navarro nada debería decir, porque todavía no lo he visto, carencia que incrementa el interés, pues resulta lícito suponer que será, con su personalidad propia, un continuador de la escuela paterna: doma suave, caballo acoplado al jinete pero libre que, en su día –años 90 del pasado siglo- logró unas prestaciones inauditas y la invención de nuevas suertes –al margen de las de clavar-, con unos resultados similares a los ahora conseguidos por la tauromaquia de Ventura.


A esta trama, estrictamente torera se suma la guerra de despachos. La lucha de Diego por entrar en Sevilla y Madrid, el tema de los dineros, la sospecha de un veto empresarial –que Caastellón desmiente-, la verdad de que Pablo Hermoso le cerró el paso y no quiso torear con él –las cosas como son- y la sorpresa de que su hijo asume la tarea. ¿Estará el novel a la altura del veterano? ¿Podrían ambos hacer las mismas cosas a la embestida larga de los “adolfos” que a los “murubes” descafeinados para rejones? La cita de Castellón era dramática y torera por demás. ¿Pero lo sabía la gente? ¿Cómo iba la taquilla la las 12 de la mañana, como en Valencia? ¿Por qué no ha contado el periodismo taurino la trama del duelo como cuenta el periodismo deportivo la intriga de cada partido, incluso la de los que no la tienen? ¿En qué planeta vive el periodismo taurino, en Marte? ¿O es que ya empieza a imponerse en todos los medios la censura que impera en los canales nacionales de televisión?  La tauromaquia sufre la ley del silencio, la más eficaz arma del antitaurino. Porque la invisiviliza.    

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