Fotos Alberto Simón/ Plaza 1- Alfredo Arévalo. Video twitter Las Ventas
Por José Carlos Arévalo
Recientemente han pasado 26 años desde que el madrileño José Ignacio Uceda Leal tomó la alternativa. Los ha celebrado con parquedad, solo 3 corridas de toros, dos en Madrid, la primera el 2 de mayo, otra en San Sebastian de los Reyes sustituyendo al Juli y la tercera, ayer, en la Feria de Otoño. Pero las tres con éxito en el ruedo y sordina en los papeles, en mayo la espada le privó de trofeos, y en octubre el presidente se llamó andana y le negó una oreja merecidísima.
Pero más que los premios, lo que debe importarnos como aficionados es el toreo que hizo el maestro de Usera. Un toreo para el que la gente no estaba preparada: la perfección del trazo, la colocación exacta, el temple largo y acompasado, la entrega sincera, sin alardes baratos, el valor, muy cabal, al servicio del toreo, las suertes cada una en su momento oportuno, la lidia completa, la ecuación exacta entre el toreo variado y el fundamental, y la estocada a ley y eficaz. En resumen, una lidia total, un toro cuajado de cabo a rabo. Y algo mucho mas decisivo. Madrid vuelve a encontrarse con los toreros madrileños a los que había (injustamente) dado la espalda. Acogió a El Juli en la Feria de San Isidro, y ahora, en la Feria de Otoño, redescubre a Uceda Leal. Ya hay cartel para el 2 de mayo.