Tentaderos míticos. Marqués de Albayda
Cuando te acercabas a la finca Mozarvitos en el termino de Muñoz muy cerca de Fuentes de San Esteban era señal de que te ibas a divertir. En la ganadería del Marqués de Albayda he pasado los tentaderos mas duros que recuerde, eran vacas complicadas, para andar con mucho oficio ya que si te descuidabas te pegaban la del pulpo y te ibas calentito a casa. Allí había un personaje que todos los capas entendíamos que era un miembro de la aristocracia, o un heredero del señor Marqués con titulo nobiliario y todo eso lío, porque nada mas llegar siempre nos recibía ataviado con su capa castellana. A veces los capas comentábamos entre nosotros que parecía que podía echarse a volar, tipo el Conde Drácula.
La verdad es que el señor se metía bien en el papel, los primeros días que ibas a su casa nos agarraba de la oreja a los aficionados y después de que “el invitado” no le había pegado ni uno en condiciones a la vaca, te decía venga chaval que a mi me da que tu si la vas a entender…, piensa que eres Cesar Rincón y estás en Madrid. Te daba coba, te venias arriba, y tu le dabas distancia a las vacas y las hijas de puta encima se venían de largo después de haberlas dado tres mil y claro las ostias eran de campeonato. Y cuando ya habías ido 4 veces ya te orientabas del cante y sabias que la técnica allí era pegarlas 2 malos para finalmente robarles uno medio bueno y no había otra eh, para medio navegar en esos tentaderos tan duros de la ganadería de Albayda.
Solía tentar por las mañanas y los matadores que venían ya eran especialistas en la casa. Era una casa ganadera a la antigua, creada con reses de Tamarón y Conde de la Corte, base de la procedencia Domecq, nunca entendí que de semejantes animales pudieran tener una conexión en la creación de la ganadería de Juan Pedro Domecq Núñez de Villavicencio, porque salían verdaderas tigresas de bengala. El ganadero, aunque peculiar, era un tipo educado que nos daba sitio en su casa, además de que por duras que fueran sus tientas nos ayudaban a estar mas preparados para las novilladas del verano. Parecía exagerado pero se pasaba paquete en casa del Marqués, las vacas no eran chicas que digamos pero sus embestidas eran como de otro siglo. Los capas, que no les tocaba salir siempre, nos tirábamos la misma guasa antes de que te tocara tu turno, venga Joselito ahora a torear a la antigua!!!. La verdad es que no nos aburríamos nada en Mozarvitos.
Continuara….