El Torero

TOREROS DEL MOMENTO – Uceda Leal, 25 años de un gran torero

Uceda Leal dando la vuelta al ruedo después de cortar una oreja

Uceda Leal, 25 años de un gran torero

La perfección. Una meta inalcanzable. Pero cuando un torero la alcanza, desconcierta. Un poeta francés, Baudelaire, decía que el arte se humaniza cuando lo mancilla una gota de imperfección. Pienso que tenía razón. Pero he leído libros, visto cuadros, escuchado música, presenciado faenas toreras, que eran perfectas obras de arte y me han emocionado. Quizá soy un bicho raro. Tal vez quienes se encariñan con el arte imperfecto están en lo cierto.

¿Pero a qué viene todo esto? Pues viene a cuento de que José Ignacio Uceda Leal es un torero que torea tan a la perfección que los profesionales lo admiran, los aficionados lo admiran y, sin embargo, no  es figura del toreo. Es un gran torero, lo que muchas veces me parece mejor. Entre los toreros que he preferido a lo largo de mi vida de aficionado hay algunos que no fueron figuras y que toreaban mejor que las figuras.

Pero como siempre intento ser sincero, he de confesar que me encabrona colocar ahí arriba, en la cúspide de los grandes toreros a Uceda Leal, y que no sea figura del toreo. Esta temporada cumple 25 años de alternativa. Y hecho la vista atrás y recuerdo una novillada en Las Ventas. Recuerdo que toreaba un espigado novillero del barrio de Usera llamado Uceda Leal, que armó un escandalazo toreando a la perfección. Recuerdo que le cogió el novillo de Fernando Peña cuando le entró a matar. Recuerdo que le cortó las dos orejas y que a nadie le pareció mal que toreara perfecto. 

¿Qué es la perfección en el toreo? Tener el valor exacto para torear sin ventajas. O lo que es más preciso, no saber torear con ventajas. No vender la mercancía, sino que el toreo se venda solo. Someter la bravura irracional del toro a las leyes racionales que permiten la expresión de la belleza. Extraer del toro el ritmo que no tiene, la embestida que no tiene, la fijeza que no tiene. Y ocultar el peligro que sí tiene. 

José Ignacio es un capotero de corto repertorio, como casi todos los toreros altos, pero torea con elegancia y temple a la verónica. Es un muletero excepcional, que desdeña el adorno y asombra cuando torea al natural, con la derecha y con la izquierda. Tiene empaque en los cites y sale de las suertes con suprema torería. Y mata al volapié mejor que todos los toreros en activo. ¿Por qué no se hizo figura el mismo día que cuajó un faenón y desorejó al toro de Victorino?

¿Cuál es el rasgo de imperfección que le falta para que este sea su año de reivindicación? Está clarísimo: la absoluta perfección de su toreo.     

Derechazo con enjundia y sentimiento
Natural roto y de mano baja en Sevilla
Ayudado desmayado en su Madrid
Uceda leal es uno de los toreros que interpreta la suerte suprema con mayor pureza, como dictan los cánones

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