En Cáceres habrá toros… pero no este año
Por fin la Diputación de Cáceres, cuyo presidente es aficionado, ha convencido al Ayuntamiento, cuyo alcalde es antitaurino, de que la Plaza de Toros de la ciudad, declarada bien de interés cultural (BIC), debía restaurarse. No tenía sentido que estuviera cerrada durante dos años, pues la Instituciones deben velar por la conservación del patrimonio. Tampoco por la carestía de la reforma integral de la cubierta de la plaza, pues el presupuesto asciende a 316.852 euros y al Ayuntamiento solo le ha correspondido pagar 47.500. Menos determinante era que el cierre del coso haya privado a los aficionados disfrutar de un espectáculo al nunca, desde un lejano pasado a nuestros días, habían renunciado. Además, es de suponer que el antitaurino alcalde podrá resarcirse de tan onerosa inversión con el próximo pliego adjudicatario.
Aficionados, habrá que mirarlo con lupa.