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LA SEMANA TAURINA – Apuntes sevillanos (4). Los sacristanes de la Maestranza

Los sacristanes de la Maestranza

Me encanta la plaza de Sevilla, pero me dan alipori sus devotos parroquianos. La plaza es luminosa y sabia. Los celosos guardianes de sus esencias son cursis y no tienen ni puta idea. Hace años, cuando los celosos guardianes estaban en la camita con un biberón en la boca, en el ruedo maestrante y en todos los ruedos de España se lidiaban toros que eran la mitad de los actuales, tenían la mitad de pitones y uno o dos años menos. Y cuando los toreros –los había muy buenos, algunos tan buenos como los de hoy- hacían una faena similar a la que hoy se premia con una oreja, los toreros cortaban dos y a veces dos y el rabo. Y nadie se mesaba los cabellos.

Los guardianes de las esencias son una especie rara, únicamente taurina. No he visto quejarse jamás a un aficionado al fútbol porque en el partido hubo muchos goles, ni a un cinéfilo porque en un festival se proyectaron muy buenas películas, ni a un aficionado al bel canto porque el cantante hizo dos bises. Pero nuestra fiesta de toros cultiva tontos en exclusiva. ¿De manera que se ha abierto la Puerta del Príncipe con demasiada facilidad? Que vengan esos puretas y me expliquen cuál de las cuatro fue inmerecida. Que me voy a descojonar de risa.  

José Carlos Arévalo

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