La tauromaquia popular, la indiscutible madre y origen de todos los espectáculos taurinos, es cultura y propiedad del pueblo que la mantiene y crea cada año, muy a pesar de lo que piensen algunos desde el Ministerio de Cultura y cualesquiera de los políticos que ni entienden ni quieren entender. En infinidad de lugares de este país y de otros muchos sitios alrededor del planeta es una fiesta viva y palpitante que tiene su máximo esplendor en los Sanfermines de Pamplona, ya que es la fiesta popular taurina más conocida del mundo. Por otra parte, el espectáculo popular con reses bulle en cada pueblo en sus días de celebración en cualquier forma de acontecimiento taurino, ya sea un encierro de vaquillas, becerras, novillos o la suelta de varios toros con trapío y hierro de primera, ya que los festejos populares con toros nacieron con la humanidad, y esta la fue transmitiendo al resto de las generaciones y diferentes culturas que han poblado la tierra durante miles de años, hasta llegar a nuestros días, donde el ansia de la juventud y los aficionados la han encumbrado hoy, en el mayor espectáculo de masas en cualquier fiesta de España que celebre encierros, vaquillas o recortes.
La Fiesta Taurina como Patrimonio Nacional.
La reivindicación eterna de los aficionados a los toros es imprescindible y prioritaria, y será hasta que se consiga salvaguardar y reforzar los festejos populares y la fiesta taurina en general, que estos se amparen como Patrimonio Mundial, Cultural e Inmaterial a través del Gobierno, para darle la protección que necesitan frente a los interminables ataques de políticos y desinteresados en la fiesta. Al mismo tiempo, que se creen más Fiestas de Interés Turístico Nacional o Internacional, que aporte una importante atracción, y un aliciente para los turistas y aficionados durante los doce meses del año, o que se protejan a través de ser Fiestas de Interés Cultural Inmaterial de la Unesco, ya que los contrarios siguen viendo en la fiesta taurina popular una forma fácil de atacar y promocionarse, vendiendo una imagen distorsionada de la realidad y acompañados por una prensa ávida de hipocresía, que no dudará en dejarse manipular con el fin de vender un falso perfil de una fiesta que lleva sobreviviendo miles de años, siendo estos festejos los más atacados por estos grupos debido al gran margen de protagonismo que consiguen.
Por contraposición de estos grupos organizados, no pueden impedir, ni siquiera en Cataluña, que en todo el país se celebren decenas de miles festejos populares más con toros, desde el 1 de enero hasta el 31 de diciembre, en prácticamente todas las Comunidades. Como se ve, los festejos populares gozan de una excelente salud y un gran esplendor que hace que esta fiesta popular vaya a más, ya que como dice su nombre, el populacho es quien viene organizando estos eventos desde hace innumerables siglos y no hay fuerza ni ideales que puedan anular la voluntad de un pueblo cuando pide toros.
