Por Carlos Castañeda Gomez del Campo
Querido Chacho:
Podría escribir muchas letras de canciones. Citas de poetas. Recordar a los piratas en su “temible bergantín”. Abrir un libro de historia y vivirlo en tu voz, en tu magnifica memoria. Podría dibujar las posiciones de ofensiva y defensiva de un juego de americano que tantas veces me explicaste. Podría llegar a Casa Bell, al Palace. A tomarnos uno y más finos en el Burladero. A oír tus historias en boca de los meseros de Cava Baja. Leyenda de Madrid.
Podría verte caminar altivo “como cuando estabas vivo, en la cima del toreo”.
Caminaría contigo una y otra vez en La Nave. Desde la casita hasta los potreros nuevos. A ver al Alebrije y al San Antonio. Volvería feliz a comer contigo y con Elisa.
Lo que ya no puedo querido amigo es darte el abrazo que nos faltó y decirte gracias. Ya no puedo volver afinar eternamente la guitarra para cantar contigo.
Ya no puedo ver tu copa de tequila y tu sonrisa sin par.
Ahora, las canciones por un tiempo no serán alegres. Las cantaré, si puedo romper el nudo en la garganta. Trataré si se dejan, de llenar los acordes con el recuerdo de tu canto.
Quiero regresar a 1989 al Covadonga con don Raúl con Jorge y con Gonzalo. Con nuestros viejos. A casa Hevia con todos los demás. A la plaza de Santa Ana a comer patatitas con José Carlos. A escuchar a Antonio. A planear el toreo con Jorge. Ya no se puede.
Te fuiste sin dejar un hueco. Un vacío de tu tamaño sería inllevable.
Aquí estarás mi Chacho. Una y otra vez vivo en el detalle diario del recuerdo imborrable.
Ayer te despedimos todos. Hoy guardaremos silencio y lloraremos a solas. Así lo pediremos entre nosotros.
Solo le pido al corazón que me diga ¿Qué hacemos? ¿Qué resolvemos?
Aquí te tengo, querido amigo.
Carlos Castañeda Gómez del Campo
16 de enero 2023.