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PLANETA TORO – EL OTOÑO AMERICANO

Por Carlos Castañeda Gomez del Campo

En México, en el altiplano el otoño marca. Dice. Las hojas de los árboles se entristecen, el verde se vuelve amarillo y será gris. El gris triste del invierno. Nos queda la esperanza de una lluvia tardía. La de San Francisco. En el campo, solo nos queda la fe en la Divina Providencia. Que nos dé un mes más de pasto. Que el cielo en su enojo, no se quede sin nubes. Que no hiele.
Ya pocas crías caerán. Ya solo queda la cola de las eralas de tienta. Las de las fiestas de navidad. El equinoccio parte el fin del año ganadero. Soñamos con las crías del siguiente año y pensamos los nuevos empadres.
Despacio el otoño nos recluye.
En tiempos normales vendría la temporada. La de la plaza grande.
Ahora solo nos queda el otoño como seguridad.
El campo vive, con su tiempo y su ritmo. El camino de cemento es hoy indefinido, inestable y quizá, indefendible.
Mañana, al lomo de un caballo, buscaremos el siguiente verano. El del siguiente ciclo.
En septiembre tiembla en las ciudades. En el campo no.
Nuestro campo bravo, vive, despacio, navegando.
Ya llegará el verano.
El invierno, aquí se duerme.
En la paz del frío.
Tristemente será con la plaza cerrada.

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