La Tauromaquia contra viento y marea
Resulta que Valencia hace una corta pero buena feria de Fallas y la lluvia se la carga. Resulta que Castellón hace la mejor feria de la Magdalena y la lluvia se la está cargando. Resulta que Madrid hace un pliego adjudicatario que tiene al toreo en vilo y lo echan atrás por un quítame allá esas pajas. Resulta que a Diego Urdiales –torerazo- le pega una cornada envainada un toro en Valencia, torea molido al día siguiente en Arnedo, se entretiene en cortar dos orejas y aquí nos enteramos solo los del gueto. Resulta que en las pocas corridas celebradas los toreros se han jugado el tipo y hemos visto unas pocas grandes faenas y el resto es silencio. Resulta que a los toreros los expulsan del Régimen especial de artistas y aquí paz y después ¿gloria? Resulta que las empresas apuestan con todo a la contra y siguen sin dolerse al castigo. Resulta que a los ganaderos, en la post-pandemia les ponen los piensos por las nubes y lidian cinqueñoss bien armados, bien comidos, con buen rendimiento medio y nadie dice ni pío.
Resultado: los hombres del toro son gente bravía en lo suyo, pero son mansos de solemnidad para defender lo suyo.
¿Quién le pone el cascabel al gato?