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LA EMPRESA – Programar toreros
Reina una cierta inquietud entre los profesionales taurinos: “Si tanta es la admiración que suscita Morante y tanta la expectación que provoca Roca Rey, ¿por qué en ocasiones, los tres cuartos de plaza parecen ser su techo?”.
Las porqués son muchos: 1º Su valoración y sus triunfos se siguen y comentan dentro del mundo taurino. 2º Antes, los medios de información comunicaban la actualidad de la tauromaquia a toda la sociedad. 3º Entonces era obligatorio ir a la plaza para no perderse lo que pudieran hacer los grandes del toreo. 4º Ahora los aficionados, solo ellos, los ven sin esfuerzo por Canal Toros, cadena especializada, obviamente solo para aficionados. Y 5º La inducida crisis politico-informativa que atraviesa la Fiesta oculta que la tauromaquia vive un momento de esplendor torero y ganadero. Lo malo es que dicha ocultación genera una injusta infravaloración por parte de los profesionales y de los aficionados.
¿Cómo puede romper el empresario que programa corridas el programado cerco de silencio que se cierne sobre los toros? Pensando. Y creando. Por desgracia, vicios poco comunes entre quienes hacen la Fiesta. La inercia suele ser su patrón de conducta. Sí, ya sé que hay nuevos empresarios con nuevo talante, que suelen programar corridas más atractivas, no condicionadas tan escandalosamente por el dinero o por el supuesto equilibrio de poderes entre taurinos. Mas para ser ecuánime, también veo que las grandes empresas se han puesto en línea y han mejorado sus ferias. Eso sí, sin tener en cuenta que a fuer de televisadas –exclusivamente para aficionados- todas las ferias parecen la misma feria repetida.
Y claro, las buenas intenciones no bastan. Porque la inercia sigue programando las corridas. El calendario de fiestas sigue siendo la base de la temporada taurina. Y únicamente a ese ocio tradicional se remite las empresas. Curiosamente, no tienen en cuenta que torero como argumento de ventas necesita tratamientos imaginativos. Si se echa una mirada a otros espectáculos se comprueba que no se basan tan solo en los nombres más importantes. En general, crean argumentos que potencian las actuaciones de unos y otros. Lo que no han sabido hacer las ferias taurinas, especialmente en un tiempo tan crítico y por tanto abierto a nuevas soluciones como el actual, con un largo elenco de buenos toreros, accesibles económicamente pero sentados en casa viéndolas venir, y que podrían ser combinados en corridas con diferentes y buenos argumentos, creando citas distintas con el toreo motivadas por la rivalidad, la identidad de estilos o su contraste, la oportunidad a diestros buenos pero que fracasaron en sus metas, la competencia entre generaciones o entre diestros de una misma camada, argumentos fáciles de comunicar y de suscitar iniciativas informativas todas ellas salpimentadas con una elección del toro a lidiar por unos y otros, pero no basadas en preferencias personales, que no interesan a nadie, sino programadas para sobredimensionar el gancho de los carteles y salvar a muchos abonos de la conformista mediocridad que padecen. Si nos atenemos a la idea de Simón Casas, que exige a cada corrida un cartel que cuente una historia distinta y atractiva, reto a quien lea estas líneas a un divertido juego: 1º Poner a la vista un papel con el escalafón taurino. 2º Coger lápiz y dos hojas de papel. 3º En la primera hoja, programar doce carteles cada uno con un argumentos distinto destinado a tres toreros y en la segunda, seis. Fácilmente comprobarán que han programado mejores ferias y corridas que muchas de las anunciadas.
Sí, ya sé que la realidad es dura y soñar es gratis. Pero quien no sueña no triunfa. También sé que en los carteles de una feria mandan algunos toreros, que un pequeño manojo de ganaderías concentran la lucha entre dichos diestros destrozacarteles, y que los intereses y las componendas entre empresarios pesan más que los intereses del público. Pero también sé que no todos los toros embisten suaves y fijos y las figuras están ahí arriba porque pueden con casi todos. ¿Desde cuándo ha sido fácil ser empresario de toros?