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El Ojo Crítico

ELOJO CRITICO –  AL HILO DE LO QUE PASA

    por José Carlos Arévalo

Política y toros

Terminadas las ferias de Sevilla y Madrid,  excelentes, la temporada sigue su curso. Fuera de las dos grandes citas, que han arrojado buenas entradas, la respuesta en otros ciclos es más tibia. Está en consonancia con el secuestro informativo sufrido por la Fiesta en los grandes medios audiovisuales -los periódicos cuentan menos porque solo los lee una minoría cada vez más exigua-. Y queda por ver cuántos y cómo se programarán los festejos este verano en el ámbito rural, vivero imprescindible de la tauromaquia.

Pero como los toreros triunfan, los toros embisten y, más o menos, a las empresas les salen las cuentas, aquí paz y después gloria. El sector profesional parece no darse cuenta, y los aficionados tampoco, de que el futuro de las fiestas de toros camina por el filo de la navaja. Según sean los resultados de las próximas elecciones, a su porvenir le puede amenazar una situación terminal. Si el PSOE obtuviera una mayoría insuficiente y tuviera que contar con los votos de SUMAR, apaga y vámonos. Porque esta coalición de extrema izquierda lleva en su programa la promesa de intentar derogar las leyes de 2013 y 2015 en defensa de la Fiesta y eso sería el principio del fin. 

Es irrelevante que la tauromaquia no sea de izquierdas ni de derechas, pero es evidente que hoy en día la derecha ha asumido su defensa. ¿Cómo votarán los españoles? En las plazas de toros, donde hay electores de todos los pelajes, desde hace un tiempo muchos paseíllos se cierran con el himno nacional, se ven camisas con la bandera y se oyen vivas a España y al Rey. Suena raro, pero significa algo. ¿Son gritos defensivos o afirmativos? En todo caso, coinciden con el regalo que la izquierda a hecho a la derecha de la bandera, de la Constitución, del mismo nombre de España… ¿También de la fiesta nacional?   

Los carteles, después de San Isidro

Las Ventas ya no es la primera plaza del mundo. El tendido 7, aunque minoritario, ha convertido la plaza de Madrid en un coro esquizofrénico. Ya no es el Wembley del toreo. Pero, ¿sigue siendo la plaza más influyente? El mano a mano de hoy, con Sebastián Castella y Emilio de Justo, los dos triunfadores de San Isidro, en la plaza francesa de Saint-Sever, nos dice que sí. Por supuesto, Castella es la primera figura en Francia y de Justo resucitó al toreo en el Suroeste francés, pero sin el aldabonazo isidril de ambos  no se habrían roto las taquillas nada más abrirse. 

San Isidro influye. Por activa o por pasiva. Otro mano a mano, el de Juan Ortega y Pablo Aguado en Torrejón de Ardoz -administrativamente un pueblo y demográficamente una ciudad- ofreció a la afición lo que San Isidro no le quiso dar al excluir injustamente a Ortega de sus carteles. Error. La plaza de Torrejón registró una gran entrada a pesar de que la lluvia inundó las taquillas. Pero el agua no tuvo fuerza para frustrar una deslumbrante antología del último toreo sevillano.

Sin embargo, que Las Ventas mandan en la Fiesta es algo que se comprobará si los contratos de Fernando Adrián alcanzan el número que merecen sus dos puertas grandes en Madrid. Cuando César Rincón las abrió también se abrieron los carteles de todas las ferias de España. Puede ser que Adrián no sea Rincón, y también que Las Ventas ya no sea Las Ventas.

Es de temer que quien no crea en Las Ventas sea la propia empresa. El número de toreros que tras muy buenas actuaciones sin rematar por distintas razones, daría ocasión a grandes carteles con un mensaje fuerte para el público. Y me late que los toreros estarían dispuestos a dar la cara. Pero la temporada madrileña, más allá de sus dos ferias, es la asignatura pendiente de esta gran plaza. Por supuesto, para recuperar la temporada madrileña primero habría que regenerar la selección del toro. No uno más chico, sino reseñado por reata y por hechuras. O sea, volver al torismo adulto que caracterizaba a Las Ventas y abandonar el torismo primario abanderado por el 7 y obedecido por veterinarios y autoridades. ¡Qué largo me lo fiais?  

¿Fuera de Madrid, cómo son este año los carteles? Pues Roca Rey y dos más. No seré yo, precisamente, quien niegue el liderazgo del limeño, pero la nómina de toreros ofrece tramas que darían vida a otros muchos carteles.  El problema es que las empresas no saben leer el escalafón, trabajarlo con creatividad, argumentar las ferias. 

La semana próxima abordaré más a fondo estos dos temas: el toro y las empresas. Prometido.  

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