El Ojo Crítico
EL OJO CRÍTICO – La sostenibilidad de los pueblos
En estos tiempos convulsos un curioso paralelismo es digno de resaltar. Por un lado, la despoblación de los pueblos, esas poblaciones de España de las que emigran sus jóvenes a las ciudades en espera de una vida más próspera. De hecho estudios prospectivos dicen que en 2050 el 66% de la población vivirá en las grandes urbes. Pero algunos jóvenes permanecerán en su sitio, heredarán el oficio agropecuario de sus padres y conservarán muchas de sus costumbres, las denostadas caza, pesca, y en fiestas, es de suponer que correrán toros.
La pandemia de la covid-19 ha puesto en evidencia que las grandes ciudades necesitan los recursos alimenticios debido al trabajo de los profesionales del campo y lo precariamente que la ciudad los paga. No por su culpa, sino por el control que sobre el sector primario ejercen distribuidoras nacionales y multinacionales.
Por otro lado, similar desatención sufre el toreo rural, vivero de ganaderos y toreros y gran olvidado de empresarios, medios de comunicación, de instituciones supuestamente al amparo de la Fiesta. Pero más imperdonables es el desinterés de los grandes profesionales taurinos, centrados solo en las ciudade donde montan sus ferias en plazas de 1ª y 2ª, las de las grandes ligas. Es posible que, en tiempos de crisis económica y sanitaria, unos y otros se equivoquen de culpable y no asuman que su desinterés –su falta de apoyo a la tauromaquia de base- sea la causa de que en los últimos 11 años 535 poblaciones rurales de España han dejado de dar toros. Pero en su pecado llevarán la penitencia: la imposibilidad de renovar el escalafón de toreros, que se forma en los ruedos rurales, la rendición del ganadero modesto, proveedor de este mercado, y la nula incorporación de nuevos y jóvenes aficionados, que siempre se han fraguado en la tauromaquia de base y en los festejos populares.
La ciudad, si quiere sobrevivir, necesita un campo vivo y habitado. Y la tauromaquia de élite si aspira a proseguir la dinámica evolución que ha experimentado hasta nuestros días, necesita trabajar y fomentar la tauromaquia de base. Su vivero está en los pueblos.
Miguel de las Peñas.