EL AFICIONADO – OPINIONES EN EL DESOLLADERO DE LAS VENTAS

Opiniones en el Desolladero

Un currista entusiamado

Mi Curro se llama Díaz

¡Cómo recibió Curro de capa al cuarto de la tarde! Compás semiabierto, los talones clavados, la figura relajada, los brazos mecidos y el toro, toreado. ¡Qué inicio de faenas! quieto en las suertes y andándole al toro fuera de las suertes.  Y cómo convenció a un señor toro, el cuarto, más bravucón que bravo, cabroncete por el izquierdo, y al que toreó por el derecho y por el izquierdo. Torero artista y torero lidiador, de los que lidia toreando. Lo demás no me interesó.

Un aficionado preocupado

¿Por qué no viene la gente?

Sí, ya lo sé. El domingo de Resurrección los madrileños están en la carretera. Pero Madrid es muy grande y la plaza es chica. Sí, ya lo sé, ésta era una corrida para aficionados, que si Curro Díaz es torero de Madrid, que si al Campos ese lo ha enseñado Urdiales, que si el de Albacete tiene dos cojones. Eso lo sabían solo los aficionados. Y si lo sabían todos, ¿dónde estaban? ¿Es que no hay diez mil aficionados en Madrid? ¿O es que se han quedado en casa viendo al Morante? Bueno, pues se perdieron a Curro, peor para ellos.

Un aficionado intrigado

    Una corrida mansa en bravo

Me ha gustado cómo venía presentada la corrida, bien hecha y musculada. Pero toda la tarde la he pasado pensando si estaba viendo una corrida brava o una corrida mansa. No sé como definirla. ¿Mansos que terminaban embistiendo? ¿Eran mansos, mansurrones o bravucones? ¿Y si eran mansos de una ganadería brava? Desde luego quien no se enteró fue el Tomás Campos. Creyó que su primero, el tercero de la tarde, para mi el toro de la corrida, era manso y asperito. Pero si el toro embiste, pues ya no es manso. Y si no es manso, el temple le quita las asperezas al toro. Lástima, ese torero se enteró tarde, a final de faena, del toro que tenía delante. Eso sí, al final le dio pases muy buenos.