EntreToros
FERIA DE OTOÑO – Cogida grave de Roca Rey
por José Carlos Arévalo
El 2º de la tarde era poderoso y muy agresivo, más fiero que encastado, con más movilidad que embestida, más bravucón que bravo. Cinqueño y listo, metió mejor la cara en los terrenos de adentro, al comienzo de la faena. Pero Roca Rey, generoso, lo sacó a los medios, donde el bravucón tuvo miedo y se defendió con tarascadas a partir del embroque de cada muletazo. ¿Excesivamente confiado en su mando o a sabiendas de que estaba en Madrid tiró la moneda al aire? La faena tenía garra y poderío porque contra la voluntad del toro, Roca Rey conseguía rematar los pases a fuerza de apuesta en la colocación, de pasarse las broncas acometidas muy cerca y de obligar al mostrenco a repetir unas embestidas que no quería dar, lo que la plaza entera valoró con cerrados oles y aplausos emocionados. Era una faena de gran figura del toreo en trance de demostrarlo contra la-oposición de un morlaco que olía a cloroformo. Pero en ese momento, la voz de un aficionado (¿) del 7 le chilló: ¿Cuándo empiezas a torear?”. Y la gente se indignó. Instantes después, al rematar otra angustiosa serie, el toro cogíó al peruano, lo encunó, lo lanzó por los aires, o corneó en el suelo y le infirió una grave cornada. Fue entonces, cuando la plaza entera se levantó e increpó al 7 con una contundencia que yo no había presenciado jamás. Roca Rey terminó con el morlaco de un buen pinchazo y una gran estocada. El palco le concedió la oreja unánimemente pedida (salvo por las juventudes del 7), el torero no paseó la oreja y se fue por su pie a la enfermería donde se le intervino quirúrgicamente de una cornada de pronóstico grave. En definitiva, el 7 sigue siendo el 7 y Roca Rey, la primera figura del toreo pese a quien pese, les leyó la cartilla sin dirigirles una sola mirada, sencillamente toreando.
Paco Ureña y Víctor Hernández estuvieron por encima de sus deslucidos toros. Y Víctor cortó una oreja. La corrida se picó bien, se bregó bien y se banderilleó con mérito.Todo el elenco de toreros fue muy superior a la mala condición del ganado. Grandes, cornalones, mansurrones y con malas ideas, los de Fuente Ymbro ya no parecen “jandillas” ni por el rabo. Que el toro de Madrid lo reseñe un cabestrero, ¡manda cojones!
Ojalá que el sábado próximo Victorino Martín me quite el mal sabor de boca Espero que haya reseñado sus toros para el toreo y no para Florito y el Palco.