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EntreToros

FERIA DE OTOÑO – Mano a mano frustrado

Fotos Plaza 1/ ALFREDO ARÉVALO

Por José C. Arévalo

Los Toros: La corrida de Victoriano del Rio fue seria, vivaz, con movilidad, más fuerte que brava. Y por no ser brava de verdad le faltó clase. No regaló una embestida buena en toda la tarde. Picada a favor del toro no agradeció el detalle a los toreros. En la brega de banderillas todos se defendieron, y cuando acusaron el peso de la lidia, mediadas las faenas, las embestidas se hicieron cortas y/o se remataban con hachazos por alto. Bien presentada, solo se protestó el 5º porque solo pesaba 552 kilos y aunque amplio de pitones no era astilargo. La gente ovacionó de entrada y de salida a los tres primeros. Demasiado. A los tres últimos, deslucidos, los respetó. No está mal. Por lo menos en Las Ventas se respeta al toro.

Los Toreros: Fernando Adrián estuvo bien, con voluntad y valor. Pero cuando los toros no se prestan para el triunfo, el torero debe dejar huella de su clase, de su maestría o de su personalidad. Adrián solo dejó clara su entrega. Eso sí, gran entrega. Pero nada más.

Borja Jiménez dio a su primero las verónicas más impresionantes que yo he visto en mucho tiempo. Por la violencia de su primer toro, por la entrega del torero, por su mando, por su trazo. Si Jiménez tuviera vitola de artista, la plaza, que le aplaudió con fuerza, hubiera pensado que ya estaba justificada la tarde. A este toro le hizo una buena faena, merecedora de la oreja que la gente no pidió y que hace varias décadas hubieran sido dos. Fantásticos sus desmayados redondos y mucho perfume en los vuelos al rematar los naturales. Su toreo genuflexo en redondo, de muchos kilates. Pero como pinchó antes de cobrar una entera, todo quedó en una vuelta al ruedo. Ovacionada por el buen público de Madrid y protestada por los tontisabios. A lo largo de toda la corrida, Borja dejó patente que es un gran torero.

Los dos espadas se fueron a porta gayola, Borja tres veces y Fernando, dos. Hicieron muchos quites, algunos buenos. La verdad, los toros no se prestaban. A Fernando le cogió el toro dos veces y ni se miró. Uno de los grandes momentos de la tarde lo protagonizó Manuel Jesús Ruiz “Espartaco”, con dos extraordinarios puyazos al sexto de la tarde. Finalmente, Curro Javier puso dos grandes pares. Evidente.

El Público: La gente que va a la plaza sin prejuicios, a ver qué pasa, se portó bien. Eso sí, pelín fría. Los de 7, que se autoconsideran la reserva espiritual de la tauromaquia, se manifestaron mucho y molestaron mucho. Porque no tienen ni puta idea. Su movimiento juvenil, que ocupa los altos del tendido exhibió una pancarta que decía, “stop al afeitado”. Supongo que se refería a lo de sacar punta a los cuernos. Pues en Las Ventas no se ven ni las “bolitas”. 

Lo de mañana, con Roca Rey, puede ser de órdago.  

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