EntreToros
FERIA DE SAN ISIDRO – 9ª de abono. Un moreliano cala en la afición de Madrid
Un moreliano cala en la afición de Madrid
¿Qué vio la plaza? Un joven luchando solo ante el peligro. Y el peligro es una cosa muy seria. No amaga, no juega. El peligro te quiere matar. Y el joven quiere matar al peligro. Pero no con listeza, ni con ayudas, ni con triquiñuelas, lo quiere vencer sin hacer trampa. Y como es torero, quiere vencerlo toreando. Y después, matarlo. Porque si no lo hace, el peligro lo vence. Los toreros cuando son maestros ganan la partida con maestría. Y cuando son novilleros, la ganan con valor, con verdad, con una entrega desprovista de recursos. Y así la ganó Isaac Fonseca, un novillero de corta estatura y cara de niño, a “Hortelano I”, un novillo que era un tío, casi cuatreño, armado con dos puñales astiblancos y 512 kilos sobre los lomos. Nada que reprochar al inocente bovino,sí a los que reseñan toros para estrellar chavales. Pero el chaval, el moreliano de marras, asumió el papel del joven héroe que no pide ayuda a nadie y torea y apuesta y se la juega y gana la partida al peligro encarnado en la piel de un toro bravo que pudo partirle en dos y que por bravo lo perdonó. Pudo Fonseca cortarle las orejas, pero necesitó dos pinchazos antes de fulminarlo con una entera. Hace años, cuando la gente estaba más segura de lo que veía, le habrían pedido la oreja con más fuerza, y el presidente, más aficionado que burócrata, la habría concedido (a Pedrés le dieron en Las Ventas la oreja de un novillo después de cuatro o cinco pinchazos porque si no queman la plaza. A Pepe Dominguín le abrieron la Puerta Grande por un tercio de banderillas. Eran otros tiempos, no había talibanes necios y la gente sabía de toros). El joven héroe moreliano dio una vuelta al ruedo de verdad. Algo es algo.
Cerraron la terna, el malagueño Santana Claros, que solo pudo dejar atisbos de clase ante el peor lote de la novillada. Protagonizó un hecho del que la plaza no se enteró. Su primer novillo le pegó una cornada de 15 centímetros. Con ella en su cuerpo toreó a su segundo toro y no se fue de la plaza hasta que la novillada terminó. Meritorio, pero no lo entiendo. Como no entendí que el día antes hiciera lo mismo Ginés Marín. Los toreros no pueden quitar importancia a sus percances: es quitar importancia al toreo. Álvaro Burdiel, sevillano de la Escuela de Madrid, clausuró la tarde con una buena faena al novillo más bravo, mejor hecho y con una defensas más armónicas (¡qué vergüenza, Florito, cómo se atreve usted a reseñar un novillo tan bonito!). Estuvo un poco por debajo de la clase de este utrero excepcional. Pero a final de faena firmó tres carteles de toros. Todo hay que decirlo.
PARTE MÉDICO SANTANA CLAROS Herida por asta de toro en 1/3 medio cara anterior muslo derecho, con una trayectoria ascendente de 15 cm. que produce destrozos en músculo recto anterior. Es intervenido quirúrgicamente en la Enfermería de la Plaza de Toros y trasladado al Hospital La Fraternidad – Muprespa. |