EntreToros
FERIA DE SEVILLA – Tomás Rufo se consagra en Sevilla y abre la Puerta del Principe.
• El Juli, maestría y arte
• Roca-Rey, en gran figura
• Gran corrida de Victoriano del Rio
Vivimos una gran época del toreo. Con una enemiga global a la contra. Con una discriminación informativa sin precedentes. Pero con un elenco de toreros impresionante y en constante renovación. El último en llegar es Tomás Rufo, que hoy se ha consagrado en Sevilla y no por abrir la Puerta del Príncipe, sino por hacer un toreo de un temple y un trazo sublimes. Sus verónicas al sexto toro acariciaron, mecieron, deslumbraron, devolvieron la Maestranza a su ser. Así como hace casi un siglo la verónica trianera –Curro Puya, Cagancho- se encontró con la verñonica castellana –Victoriano de la Serna, Fernando Domínguez-, hoy la verónica de Morante, Juan Ortega, Pablo Aguado y Daniel Luque se ha encontrado con la verónica de El Juli y de Tomás Rufo.
Y aunque el mejor toreo de la tarde lo hizo El Juli en su segundo toro. Porque unió las tres virtudes cardinales de la tauromaquia, maestría, temple y arte. Maestría porque pulía la natural aspereza del toro y la convertía al temple, y el temple lo convertía a él en el primer espectador de sí mismo y se recreaba en la cadencia que él y su toro alcanzaban con una complicidad artística de muchos kilates. Y por todo eso, le dieron una oreja. ¿Qué significa una oreja para premiar una obra de arte?
Lo de Tomás Rufo fue distinto. Sin chulería, con seriedad, lo que en realidad dijo fue: Si en esta plaza gusta que se toree despacio, yo voy a torear más despacio que nadie. Y así fue. La primera faena fue un introito y la segunda, una sinfonía, siempre en tempo de adagio. Y así, calida, tersa, templada, como el adagio mas sentido, sonó la música callada del toreo. Hasta que el toro lo cogió al entrar a matar. Pero, por fortuna, quien mató al toro fue Tomás, que destrozado salió a hombros por la Puerta del Príncipe.
A Roca Rey le pusieron las cosas difíciles los toros más complicados de la buena corrida de Victoriano del Rio. Dos verdaderos quebraderos de cabeza para cualquier torero, porque embestían con peligro, pero embestán, y el limeño se los dejó crudos y a los dos los dominó y toreó como la primera figura del toreo que es: con mando, valor, mano baja, trazo largo y toda la verdad del mundo en el engaño. Pero desde que los aficionados esquisitos han tomado conciencia de que son los depositarios de las esencias, este tipo de torerazo –ojo, ¿cuántos hay?- nos les gusta. Peor para ellos.
Total, toros bravos, toreros buenos, de momento tres Puertas del Príncipe. Y, eso sí, la prensa hablando de que le van a poner una multa a Joaquín.
FICHA:
Se lidiaron toros de Victoriano del Río, bien presentados e interesantes en conjunto a pesar del mal estado del ruedo. Destacaron segundo, tercero y cuarto. También se dejó el rajadito sexto.
El Juli, silencio y oreja.
Roca Rey, ovación y ovación tras dos avisos.
Tomas Rufo, oreja y dos orejas.
Picó bien al segundo José Manuel Quinta. Saludaron en banderillas Sergio Blasco y Fernando Sánchez.