El Planeta de los Toros
GRANDES FERIAS – Sevilla: sobre el papel, la mejor feria que recuerdo
por José Carlos Arévalo
Nada es perfecto, pero la próxima Feria de Abril se acerca a la perfección. Están prácticamente todos los que son y son muy pocos los que son y no están.
En el capítulo ganadero llaman la atención cuatro “dobletes”, los de las divisas de Núñez del Cubillo, Domingo Hernández/Garcigrande, Victoriano del Rio y Hnos. García-Jiménez (las tres, una en abril y otra por San Miguel), sin duda merecidos. Una de las cosas buenas de Sevilla es que no se anda con chiquitas, privilegia lo bueno y punto. Ilusiona también que La Quinta lidie en el coso del Arenal, por el que no se dejaba ver el encaste Buendía. Otro debut interesante e intrigante es el de Fermín Bohórquez -¿con su nuevo ganado procedente de Garcigrande?- en un festejo que reúne a jóvenes matadores sevillanos (este año incluye al cordobés Calerito), unas promesas que en pasados y mejores tiempos taurinos, cuando había más festejos y menos toreros, estarían circulando. El único a quien no he visto es a Ruiz Muñoz, del que no tengo otra referencia que la de ser sobrino nieto de Curro Romero. Ser sobrino de, o hijo de, es decisivo entre los béticos. Por eso Cadaval está acartelado en la corrida de Santiago Domecq, una ganadería que ha dado un juego extraordinario en los tres últimos años. Pero las figuras todavía no han concedido su placet ala brava ganadería gaditana, lo que no me extraña. Si considero al torero el mejor catador de la bravura, pues tiene la manía de preferir los toros que embisten, me decepciona que teman entregarse a la novedad. Siempre se adhieren tarde. Y el resto es puro lujo, dos ganaderías muy bravas, Jandilla, El Torero, y dos toristas de alto prestigio, irregulares en la bravura y muy encastadas. Lástima que siempre las machaquen en varas, así es difícil ver lo que sus toros llevan dentro. La de Victorino cuenta con un cartel prometedor: la reaparición de El Cid, la repetición de Manuel Escribano, autor de la gran faena al toro “cobradiezmos” y la actuación estelar de Emilio de Justo. En cuanto a la corrida de Miura, esta vez también ilusiona el cartel de toreros. A los que damos importancia al tercio de banderillas nos intriga comprobar si el poderío de Fandi con los rehiletes mantendrá su omnipotencia con los “miuras”, toros muy complicados de banderillear. A Manuel Escribano le espera un reto, igualar su anterior actuación con este hierro. Y la comparecencia de Antonio Ferrera (por otra parte, merecedor de torear otra corrida más) centra el mayor interés de la tarde: ver cómo su inventiva lidiadora se impone a los imprevisibles toros de miura es uno de los tragos fuertes que le ofrece esta feria al aficionado cabal.
Con respecto a los toreros del primer grupo -no los llamo figuras, porque únicamente lo son los que con su sola presencia llenan la plaza, y de esos solo hay tres- están todos menos uno, Paco Ureña. El resto, Morante de la Puebla, El Juli, Roca Rey, Diego Urdiales, Alejandro Talavante, Daniel Luque, Sebastián Castella, Miguel Ángel Perera, José María Manzanares, Juan Ortega, Pablo Aguado, Emilio de Justo y Tomás Rufo completan con José Garrido, Francisco de Manuel y Álvaro Lorenzo, una feria irresistible, pues el aficionado no puede, no debe perderse una sola corrida. Ni una. La de rejones, Rui Fernandes, Diego Ventura y Guillermo Hermoso de Mendoza, con toros de San Pelayo (Capea) también está al máximo nivel.
Finalmente, una última observación: ¿Morante, que torea cuatros corridas en la Feria y dos en San Miguel, ha recogido el testigo de Curro Romero en Sevilla? Cada torero tiene su reto en la Maestranza, éste es el del maestro de La Puebla.
Nota: No me gusta que los carteles de una feria septembrina, como la de San Miguel, se cierren en febrero. Es un desprecio a la temporada por venir. Pero, lo reconozco, los de este año son inmejorables.