Contacta con nosotros

EntreToros

LA SEMANA TAURINA – Conclusiones de Valdemorillo: la Fiesta está viva

El Público. Hambre de toros. En Valdemorillo hubo hambre de toros. Estallido de felicidad en el paseíllo de la primera corrida. La plaza solo crujía cuando surgía como un relámpago el buen toreo: buena afición. Y además, dos tercios largos en la novillada, lleno de “no hay billetes” en la 1ª corrida y algo más de tres cuartos en la 3ª.

La empresa. Victor Zabala de la Serna ya había dado el año 20, en Valdemorillo, bajo la cobertura de Plaza 1, una gran feria que cambió unos esquemas de programación más acordes con la calidad del coso y las buenas comunicaciones viales en la Comunidad de Madrid. Ahora, en UTE con el también joven empresario, Carlos Zúñiga, han programado una feria de auténtico lujo, que ha merecido una espléndida respuesta por parte de la afición. En los toros no hay crisis cuando se hacen bien las cosas. 

El Presidente. Desnortado, exigente por desconocimiento. Morante hizo dos faenas de dos orejas y no le concedió ninguna, Urdiales, una de dos, y solo le dio una. Y a Perera le dio dos cuando debió conceder una. Los trofeos –necesarios- están perdiendo sentido porque los presidentes no tienen ni puta idea. La de San Blas ha sido una feria riquísima en toreo y paupérrima en trofeos. Una cosa es la seriedad y otra la tontería.

El Himno Nacional: Tocar el himno nacional todas las tardes cuando las cuadrillas saludan al Presidente es una tontería. La corrida de toros no es un acto patriotico sino un espectáculo. No hay himno en el teatro antes de que empiece la función, ni en el cine antes de que empiece la película. En los deportes procede cuando se enfrentan dos selecciones de dos países. El nacionalismo es una enfermedad política de naciones inseguras de sí mismas. Por lo demás, el patriotismo hortera es molesto.

Sin tercio de varas. La lidia se divide en tres tercios. Actualmente le han robado uno, el primero. Resultado: 1. degradación del espectáculo. 2. Deterioro de la lidia. Causa: Antaño, el caballo de picar pesaba unos 500 kilos, hoy un mínimo de 650. Antes, el peto jerezano (de borra) pesaba más pero permitía el romaneo. Ahora, el terso y duro material antibalas impide el romaneo y el picador, inexpugnable, hiere más a un toro más bravo con una puya más pequeña que con la leona de antes de la guerra. Total, monopuyazo alevoso y cambio de tercio. Lamentable.

Las cuadrillas. Diestros en el manejo de la brega, las cuadrillas han toreado a gran nivel. En banderillas han mostrado entrega y buen hacer, incluso en los toros poco picados y con muchos pies. Destaco a dos, con la capa y los palos, Curro Javier y José Chacón. El Público. Hambre de toros. En Valdemorillo hubo hambre de toros. Estallido de felicidad en el paseíllo de la primera corrida. La plaza solo crujía cuando surgía como un relámpago el buen toreo: buena afición. Y además, dos tercios largos en la novillada, lleno de “no hay billetes” en la 1ª corrida y algo más de tres cuartos en la 3ª.

Los matadores. La maestría y el arte van juntos. En Morante compiten el artista y el maestro. Su segunda faena transmutó al toro. Pasó de malo a bueno, de embestir mal y poco a embesir bien y mucho. Su primera faena fue de altísima nota y la remató de una estocada sin puntilla. El presidente se lo montó de excéntrico y le penalizó sin trofeos. Cómico. Urdiales hace lo más difícil del toreo, cambia la velocidad del toro, lo templa gracias a un secreto que la mayor parte de los toreros no parecen oir: ligar lances y pases completos a lances y pases completos. Algo facil de hacer y dificilísimo de hacer. Y más aún hacerlo con un trazo magistral, que suma la hondura a la naturalidad. A su gran faena el presidente la limosneó con una oreja. Luque hizo el mejor toreo de capa de esta feria y de muchas ferias. Templar, desmayar los engaños al toro de salida, diseñar el trazo como si el toro se prestara a un pas-a-deux, transmutar la violencia del toro levantado, por obra y gracia de la capa, a la cadencia del toro atemperado convierte el toreo en un arte mágico. La primera parte de la faena de muleta rayó a esa altura de toreo irreal, pero el toro se vino abajo y todos nos despertamos y salimos del ensueño. Ferrera, vuluntarioso y animoso, dio buenos muletazos con la mano izquierda, relajado y erguido. Le pidieron la oreja en los dos toros, pero el Usía no se las quiso dar. Sí se las dio a Perera, que mantuvo su autoridad en el ruedo toda la tarde. Y cuajó una larga faena al quinto toro, dividida en dos partes, la primera toreando con mando y cierta frialdad, y la segunda insuflada de un valor absoluto que redujo las distancias entre torero y toro hasta tal punto que éste pasó de fiera a domesticado. Cortó dos orejas, pero mereció una. Y no sé si Alejandro Marcos mereció la que obtuvo. Hizo un toreo de desigual acople a un toro muy bueno, pero cuentó con la ventaja de que torea con arte y ferescura. Si usara un capote más grande a su primero le habría armado un lío. Cuando cuaje su técnica será un torero importante.

Los novilleros. Eran seis y no cortaron ni una oreja. Y en esta ocasión la culpa no la tuvo el Palco ni los novillos, buenos salvo el que correspondió Isaac Fonseca, que fue una prenda y parecía de otro encaste. Los jóvenes espadas me parecieron chicos muy educados -menos el mencionado Fonseca, que estuvo hecho un tío-, torerísimos en el ir y salir de las suertes y en el brindar sus toros, pero faltos de acople y temple con novillos que, por lo dóciles, exgían la suma perfección. Destacó por la calida de su trazo, con capote y muleta, Sergio Rodríguez.

Los Toros. A la novillada de Javier Sánchez-Arjona le faltó vigor y le sobró clase y fijeza. Cinco fueron de claro triunfo, y uno –parecía de Coquilla- salió más avisado que un sereno. La corrida de Zacarías Moreno, justita de presentación ofreció tres primeros toros de mucha calidad y los tres últimos bajos de raza. Destacó el tercero, “Peluquero” de nombre. Montalvo fue ganadero triunfador, por presentación y comportamiento. Hubo dos toros excepcionales, que se lidiaron en quinto sexto lugares, “Cacique” y “Antojadizo”. La divisa salmantina fue, sin duda, la triunfadora –por segunda vez consecutiva- de la feria de Valdemorillo.

La Comunicación.  Se enteraron los aficionados gracias a los portales de Internet. En la prensa escrita apenas se informó de su existencia. La cobertura también fue pobre, no en consonancia con la importancia de los espectáculos programados ni con lo que sucedió en el ruedo. Para las televisiones generalistas, la tauromaquia no existe. Para los medios, miméticos en general, el toreo es irrelevante. El día que en el exterior se de a la tauromaquia la importancia ecológica y cultural que tiene, el mimetismo provinciano que no es propio actuará en dirección contraria y la feria de Valdemorillo será un evento internacional.

Corrida del 5 de febrero, Valdemorillo:


Corrida del 6 de febrero, Valdemorillo


Novillada del 4 de febrero, Valdemorillo

Advertisement

Copyright © 2021 - EntreToros | Prohibida la reproducción y utilización total o parcial, por cualquier medio, sin autorización expresa por escrito.