Paco Ureña y el “sistema”
Los toreros no son como los deportistas. A estos los jerarquizan sus marcas, milimétricamente puntuadas; a los equipos los tantos, inapelables. Pero a los toreros las orejas no terminan de evaluarlos, porque son artistas. ¿Qué vale más, una oreja de Morante o una de José Tomás, una de Ordóñez o una de Camino? Es cuestión de gustos.Y a propósito de sensibilidad, ¿cuáles son los gustos de los empresarios? ¿Les guían sus gustos? ¿Les mueve la presunta comercialidad de algunos toreros?
Estas preguntas no nos las hacíamos cuando había mejores empresarios. Y hoy nos las hacemos por un hecho escandaloso. A Paco Ureña, diestro triunfador del último San Isidro, de las últimas Corridas Generales, de muchas plazas más, no le han contratado en Castellón, en Valencia y en Sevilla. Y en Madrid, por San Isidro, parece que no se contaba con él. Por eso, la salida de que toree seis toros en solitario suena a componenda in extremis, no se vaya a soliviantar la afición (en Madrid sí hay opinión taurina) y suena a gesto impuesto a quien se merecía tres actuaciones en la Feria por méritos propios.
Sí, los toreros no son como los deportistas. El arte de Ureña no solo lo refrendan las orejas. Una pregunta final. ¿Lo habrían contratado en Castellón, en Valencia, en Sevilla, si le siguieran apoderando los Lozano? ¿Qué cotiza más, el torero o el apoderado? Sistema, puto sistema.