San Isidro 2025 (2ª parte)

Apuntes de un

Aficionado

Impertinente

Martes 20 de mayo Buenos novilleros y malos aficionados

Saber estar en la plaza revela si un aficionado es cabal o no lo es. Detrás, muy detrás, están los listos, los que quieren ser vistos y reconocidos, los que pitan porque un torero no se coloca como manda el necio catón que llevan tatuado en la mente. Sin ir más lejos, como los que hoy se lo han montado de perdonavidas con tres novilleros que están empezando. ¿Así se porta la Cátedra con los toreros del futuro?

Al riojano Fabio Jiménez apenas se le vio. Puede ser, pero a su primero le dio las que quizá serán las mejores verónicas de la feria. Luego, su primer picador, creyendo que el novillo de Mayalde que abrió plaza era el buey Apis, se lo cargó sin contemplaciones. Para no ser menos, lo mismo hizo su colega en el cuarto novillo, animal sin suerte porque, además, una banderilla le entró por el enorme boquete de un puyazo y murió antes de que Fabio entrara a matar. 

Si le respetan los toros, El Mene será figura del toreo. El que suscribe no necesita ni explicarlo. Me bastó el trazo de un lance, la expresión de su toreo de muleta, su actitud frente al toro. Solo tiene un defecto, nos costará dinero,quemar kilómetros y pagar las tarifas de los hoteles en feria. 

Y Portugal tiene un torero. Si le respetan los toros, uno de los grandes, como Manolo dos Santos. Así me late. Y si me equivoco, no me equivocaré, se habrá equivocado él.

La novillada de Conde de Mayalde me gustó. Por fin toros distintos, no repetidos como casi siempre. Y, además, a varios los podrían haber cuajado si se los hubiera lidiado bien. Pero las cuadrillas estuvieron mal. Salvo a un tercero que se portó como un tío con los palos.

Ánimo, aficionados, que mañana viene Fortes.

Miércoles 21 de mayo.

Nadie torea mejor que Fortes

El toreo une. Todas las miradas, una sola mirada. Todos los oles, un solo ole. Toristas y toreristas, puretas y pasotas, el niñato de la copa y el vejete del cigarro, el aficionado bueno y el malo, resucitaron en la tarde del 21 de mayo el viejo, añorado, conmocionado, sensible, bravío ole de Las Ventas. Ninguna plaza del mundo lo tiene. Y Las Ventas lo guarda muy bien guardado. No lo suelta ni al mejor torero, ni a un faenón de dos orejas, ni siquiera a los llamados toreros de Madrid. Lo suelta, lo ruge, lo clama cuando el toreo traspasa la frontera de lo real y sin irse sucede más allá de lo soñado. Entonces se rompen las leyes que ordenan el mundo. Y ya nadaimporta, que el toro no sirva, porque de pronto sirve, ni que su embestida sea corta porque de pronto es lenta, ni que el toro sea bruto, porque se acompasa. Es algo que no se puede explicar, que solo puede responder el ole de Las Ventas, la única respuesta posible al verdadero arte de torear. Exactamente, el de un torero excepcional llamado Fortes, que dibuja lassuertes un trazo esculpido y un temple de seda, que hoy a dos toros mentirosos les ha opuesto la verdad elegante de sus engaños. Y los dos, sorprendidos, contagiados, convertidos al arte del toreo, dejaron de mentir y fueron sinceros. Y es que sus embestidas querían matar y Fortes las templaba por naturales que parecían caricias al abismo, las iluminaba conredondos de una elegancia velazqueña. Y las cosquilleba con un trincherazo de antología. Y hasta se rio de ellas con un pase del desprecio por alto, de telón, que tenía dentro toda la guasa torera del mundo.  

Fortes falló con la espada y perdió la Puerta Grande. Lo siento por él. Pero esa Puerta es una anécdota comparada con lo que vimos en el ruedo. Nadie torea como Jiménez Fortes. Y como solo tenía una corrida contratada, ya no veremos torear así en toda la feria.

Jueves 22 de mayo.

Los “alcurrucenes” boicotearon a tres figuras del toreo

La gente, la buena gente, fue a la plaza a ver torear. Los toreros, a triunfar. Los del 7 y adláteres a no pasar ni una. Y los toros de Alcurrucén fueron a donde no querían ir, a la plaza, a embestir. Asomaban la jeta por toriles, se paraban y se decían, ¿qué pinto yo aquí? Y se portaron en consecuencia. No fueron malos chicos, pero embestían con tan noble y mansa desgana que si San Francisco hubiera estado en el tendido habría dicho, “hermano toro, querido hermano toro, qué malos somos los hombres”. Pero no habría tenido razón. Porque los tres hombres que lidiaron la soporífera corrida se jugaron el tipo sin que el cónclave lo advirtiera. No construyeron buenas faenas, porque con el toro indolente no se termina de rematar nada. Total, que los del 7 se lo pasaron bárbaro, y los demás, a ratos, porque los tres toreros, Castella, Perera y Luque, dieron, a veces, muletazos muy buenos. Yo salí de la plaza con un cabreo de tomo y lomo. Lo confieso, había ido a ver a Daniel Luque, que es un torerazo, y me quedé con las ganas.

Una ingenua pregunta: ¿Por qué los picadores picaron tan trasero, tan mal y con tanta saña a una corrida que no se quería meter con nadie? Misterios insondables de la Fiesta.

Viernes 23 de mayo. Triunfó la bravura y triunfó el toreo… a pesar del 7

Lo de Tomás Rufo con “Alabardero”, de Victoriano del Rio, pasará a la historia. Por la bravura encendida, pronta, elegante, interminable, y por el toreo reunido, fajado, ligado, templado y de hermoso trazo. Faena de Puerta Grande y toro de vuelta al ruedo. Pero Rufo no mató al toro, como Fortes dos días antes y como Perera en la primera de Feria. Nota a tener en cuenta: “Alabardatero” fue muy protestado por el 7, como en su día “Bastonito”, el de César Rincón. Dos efemérides para la historia de la necedad taurina.

Para el recuerdo: Tomás Rufo se consagró en Madrid, el 23 de mayo de 2025.

Emilo de Justo se ha convertido en un gran torero. Con la capa y con la muleta. Tiene un sitio enorme y se relaja y templa cuando el toro parece no consentirlo. Su primera faena fue de oreja, su segunda, de dos orejas. Pero solo mató a su segundo toro y le dieron una. ¿Por qué los toreros matan peor en Madrid que en otras plazas si hacen la suerte con honestidad? Mi opinión: por los cuernos, por los cuernos cornalones, que plantean problema físicos y psíquicos. Por supuesto, no a Roca Rey, que mató en corto y por derecho al quinto de una estocada magistral.    

Con Roca Rey, doña mala suerte se sentó en el tendido 7, y allí se pasó la tarde disfrutando del mal fario. Y como Roca Rey es el que llena las plazas, el que tira de los abonos y, ojo, el que más triunfa y el que hace fiesta, obviamente, es el enemigo a batir por esos raros aficionados que tienen la costumbre de odiar a los toreros que triunfan, allí estaban ellos, lo clásicos y las juventudes del 7, para prevenir que no haya más triunfos. Se puede objetar que los grandes lo son a pesar de todos los pesares y achantan al reventador más pertinaz. Pero no si doña mala suerte, además de ser un hado feo, se sienta en la banca de inquisidores. Entonces hasta los muy diestros toreros se crispan como se crispó el peruano, que le pegó un volantazo con el capote al quinto toro, que era muy bueno, y lo obliga a revolverse en un palmo de terreno, se daña los remos y aquí paz y después frustración. ¿Tan frágil es el toro de lidia? 578 kilos disparados y quebrados por ellatigazo de una capa nos hay remos que lo resistan. Pero lo curioso es que entonces los  sabelotodo del 7 le echan la culpa al toro. Y lo protestan. Y como el presidente dice que nones y no lo echa, esos chicos tan finos renuevan su protesta y son felices chillando el brindis del torero a la presidenta de la Comunidad, una señora que ha tenido la osadía de ser aficionada sin permiso de los que saben.

Menos mal que después salió “Alabardero” y con Tomás Rufo resucitó el toreo, se olvidó la ceremonia de la confusión y nos fuimos todos a casa tan felices. Pero no importa, mañana volveremos a las andadas.

Sábado 24 de mayo. Los “Juanpedros” contra el mano a mano sevillano
Dejemos al margen a los del 7, que protestaron los toros antes de que manifestaran su anemia o lo que fuera que tenían. Vayamos al toro porque requiere una explicación. Yo no la puedo dar, pues la primera vez que los vi fue cuando salieron al ruedo.Pero puedo hacerme algunas preguntas: ¿Fue porque hicieron un mal viaje? Excluido, seguro que viajaron como las demás corridas. ¿Fue porque no bebieron desde que bajaron del camión hasta que salieron al ruedo y estaban deshidratados? Es posible, pero lo mismo le sucede al resto del ganado y se les nota. Pero no tanto. ¿Fue porque no los ejercitaron en el corredero? Imposible, en casa de Juan Pedro. ¿Fue porque esta divisa, madre de antas ganaderías, ha perdido la casta y la bravura? Imposible, o hace un mes la corrida de Sevilla dice, en parte, todo lo contrario. ¿A qué se debe, entonces? Solo queda un interrogantes: el papeo, quizá una nutrición deficiente, que engorda -los toros pesaban mucho- pero no da fuerza ni vivacidad. Tuvieron todos un gran defecto, que fueron difíciles de torear. La suma debilidad destruye, deforma, desequilibra, envicia las embestidas y los toreros han de exponer más que con una de las duras. Y sin resultado alguno. Y eso, durante cinco toros y el 7 protestando con razón, no lo aguantaba ni el santo Job. 

Pero el destino quiso darnos un premio de consolación, que resultó ser el premio gordo. Salió al ruedo un sobrero de Torrealta, que el 7 protestó nadie sabe por qué, y resultó ser bravo, noble, con clase para dar y regalar. ¿O se la dio el toreo de Pablo Aguado? ¡Qué naturales de mano baja, trazo desmayado, temple líquido, torería cara! ¡Qué faenón, señores! Hace tan solo dos décadas, el sevillano habría salido por la Puerta Grande. Pero hoy, los defensores de la Fiesta que presiden las corridas son tan serios que no se sabe si lo son o es que no se enteran.

A Juan Ortega no se le pudo ver porque no se puede torear a tres enfermos terminales. Pero a su primero, antes de que nos mostrara su dolencia, le endilgó de salida seis verónicas de cartel de toros. Y no hubo más. No podía haberlo. La gente no va a la plaza a ver torear de salón. Los “juanpedros” transmitían menos que un carretón.

Menos mal que mañana vienen los de Fuente Ymbro, Y quien sabe, a lo mejor los redentores están más calladitos.      

Domingo 25 de mayo. Si este es el toro de Madrid, yo me voy a Marbella
Yo no sé si es Florito, o el 7, o los presidentes, o los veterinarios. Y no sé si son todos juntos. Pero el toro de Madrid es feo de cojones. Una vez, de chaval, vi una foto de Guerrita perfilándose a matar un corniveleto impresionante.  Era la foto, la única foto de un toro con semejantes pitones. Ahora los veo todas las tardes. Y con más cuernos. Eso quiere decir que en Las Ventas no importan las hechuras, ni las reatas, ni la nota del toro. Solo importan los cuernos, y los kilos. Y así nos va. 

Ayer embistieron dos toros, porque la bravura está por encima de la lógica. A veces, muy pocas veces. Fueron el 5º y el 6º. El quinto, de vacas, pronto, alegre, emocionante, bravísimo y peligroso. Román le cuajó una gran faena. Si la estocada no hubiera caído baja habría cortado dos orejas. Le dieron una. El sexto también era bravo. Y cabrón. Embestía con fiereza y mucho sentido. Diego San Román, que confirmó la alternativa,estuvo hecho un tío. Se la jugó, pero en torero. Para mí, lo más importante de la tarde. Lo malo fue que lo mató arriba, y aunque el toro cayórodado, tuvo un derrame, y no le dieron nada. Cosas de la cátedra.

Yo estuve toda la tarde cabreado. Había ido a ver a Curro Díaz y sorteó dos toros infectos. Ni Lagartijo resucitado les hubiera dado un pase. Ruego que se me disculpe el cabreo con que escribo estas líneas. Uno también tiene sus cosas.  El torismoprimario es la enfermedad infantil del aficionado. Lo malo de quienes la padecen es que ya peinan canas. Tengo que hacerme a la idea, pero no lo consigo.  

Ah, los toros eran de Ricardo Gallardo, que es más listo que la paloma azul.