EntreToros
SEVILLA – Morante, dueño y señor del toreo
Aunque el público de Sevilla vivió la faena de Morante como solo se vive el toreo en Sevilla, y yo me quito el sombrero, creo que alguien nos ha domesticado, nos ha aborregado, nos ha hecho mansitos. Porque si era correcto que a Morante solo le dieran una oreja como premio a una faena sublime, pues pinchó dos veces y la estocada postrera fue defectuosa, lo que se había visto en el ruedo maestrante no se volverá a ver y era, sobrado, de Puerta del Príncipe. ¿Quién nos ha metido en el cuerpo tanto respeto al protocolo burocrático y tan poco al arte verdadero?
El toro se llamaba “Derribado”, pesó 545 kilos y era un “dije”. De salida estaba algo descordinado y la gente lo protestó. Pero después de embestir no reponía, se daba un paseo en redondo hacia adentro, haciendo el avión, como un “aldeanueva”, y a Morante le encantó, a pesar de que nada más salir lo tocó y casi lo manda al hule. De manera que pidió calma, el presidente la tuvo, el toro pasó el examen en los dos primeros tercios entre pitos. Y luego llegó la faena de muleta. Pero no la voy a contar, sería absurdo. Ni voy tampoco a comentar sus claves técnicas. Solo diré que el toro quería coger con el pitón izquierdo y que morante quería torear por naturales. Y se los dio. Y fueron sublimes. Porque el toro era bravo. Y Morante, además de bravo, más listo que el toro. Y se colocó tan cerca y tan de verdad, y le dio unos naturales tan hondo, tan en redondo, tan de mano baja, tan imposibles que el toro nunca tuvo la posibilidad de cogerle. Emoción, porque el toro transmitía peligro, porque la entrega del torero era absoluta, porque nadie, ninguno estamos acostumbrados a degustar el arte más puro y oler a cloroformo. Y como la faena ha pasado a la historia del toreo y estará en todas las videotecas de la tauromaquia, no les cuento los muletazos genuflexos, los naturales, el molinete, el remate afarolado, el desdén, los pases de pecho siempre distintos, y con la capa, una chicuelinas anestesiadas y bajas como el quite de la escoba. Y en su primero, unas verónicas angélicas en las que el vuelo de un capote de seda colocaba al descolocado toro algo después del cite y un poco antes del embroque.
¿Quién es Morante? Entre los cinco más importantes toreros de la historia, uno de ellos.
Torearon con Morante, Juan Ortega y Tomás Rufo.
Y se retiró del toreo un figurón de la brega y las banderillas, José Antonio Carretero.