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ACTUALIDAD – ​Carta a Simón Casas sobre la Feria de San Isidro

Fotos Plaza Uno

Por José Carlos Arévalo

Lo confieso, Simón, repaso los carteles de San Isidro y me dejan un sabor agridulce. Reconozco que, personalmente, me invitan a ir a la plaza todos los días. Su programa se divide en dos. Hay un manojo de grandes carteles que interesan a los aficionados y al gran público, y hay otro que solo interesa a los aficionados. Por tanto, nada que objetar. Y sin embargo, ha llegado la hora de repensar la Feria.

El ciclo isidril, incluso en su restrictiva versión de este año, es algo más que una feria. Concentra en un mes más festejos que toda la temporada de la Plaza México y también que la temporada de la Maestranza de Sevilla. Ahora en veinticinco días, y dado que hoy el resto de la temporada madrileña carece de argumento –salvo el remate final de la Feria de Otoño-, la programación de mayo, de hecho la Temporada Grande de Madrid, debe asumir los cometidos propios de una plaza que es el foro central e internacional del toreo.

¿Y cuáles son dichos cometidos? Pienso, Simón, que los tienes claros. Se me ocurren a partir de la temporada, dividida en ciclos, que tú planteabas en el primer pliego –el mejor- con el que optaste a la Plaza de Las Ventas. Los que ahora comento tienen otros argumentos pero corresponden al esquema programático que tenías entonces. Y a partir de aquella olvidada idea trazo ahora la estructura de lo que, a mi entender, debería plantear la Feria de San Isidro: Cuatro semanas, cuatro ciclos:

Primer cicloLos grandes del Toreo  (o el “Gran Master de Madrid”)

Combinaciones de toreros considerados figuras y de grandes toreros que por diversas causas no lo son. Se concentra, en competencia, la élite del toreo. Y a la feria se le asigna, más allá de otros condicionantes ajenos a la ley del ruedo, la misión de marcar las auténticas jerarquías de la tauromaquia.

El toro: dada la evolución de la bravura, que ha roto la dicotomía entre ganaderías comeerciales y toristas –en Las Ventas, el trapío, la casta y la bravura las uniformiza-, se ajustarán para este ciclo las divisas en su mejor momento.

Trofeo Joselito el Gallo (maestro por excelencia de todos los toreros): como en el toreo las orejas no son goles, el trofeo al triunfador de este ciclo lo otorgará un jurado compuesto por distintos representantes de todos los segmentos de la Fiesta.

Trofeo Juan Miura (Fundador de la ganadería más longeva): premiará a la ganadería más brava del ciclo.

Segundo ciclo: Encuentro Internacional. 

La plaza de Las Ventas, desde que la televisión difunde San Isidro a los 8 países taurinos, ha consolidado su carácter global. A San Isidro viajan aficionados de todo el mundo, y el objetivo de la plaza ha de ser la fidelización y ampliación de esta clientela. Madrid marca las jerarquías del toreo en todo el planeta de los toros. Este mundo debe convertirse, para bien de la Fiesta y de todos sus profesionales, en un único mercado común. Lo facilitan las nuevas tecnologías de la comunicación, que han creado un nuevo tipo de aficionado; el aficionado omnipresente

Los carteles deben programar a los toreros que representen a sus respectivos países: Ecuador, España, Colombia, Francia, México, Perú, Portugal y Venezuela, en la proporción que cada uno pueda aportar.

El toro: En la medida en que las leyes internacionales permitan la importación de ganado, sería deseable que concurrieran hierros de algunos países americanos. Con los europeas no hay problema.

Trofeo Armillita (el torero que durante más años fue figura en todo el orbe taurino): un jurado internacional, compuesto por representantes de los ocho países taurinos otorgará el premio al triunfador del ciclo.

Trofeo Dolores Monge (La titular de la ganadería-madre de casi todos los encastes actuales): se premiará a la corrida más brava del ciclo.

Tercer ciclo: Nuevos maestros. Los jóvenes toreros, de reciente o no tan cercana alternativa, sufren una fuerte discriminación sin paralelo con tiempos de mayor bonanza taurina. No se debe a su menor valía sino a que en una fiesta silenciada como la actual, la temporada se reduce y solo caben los diestros consagrados. Hay muchos matadores jóvenes con legitimo derecho a ejercer su profesión. Este ciclo isidril les daría visibilidad. 

El toro: la renovación, el ascenso a la primera fila ganadera se topa con un muro inexpugnable, que cierra el paso a ganaderías de alta calidad a las que hoy apenas se las puede ver en cosos de menor importancia. Un buen veedor no solo reseña lo evidente. Debe conocer y evaluar lo que hay en el campo. Madrid debe cumplir la misión de lanzar ganaderías, así como lanza toreros.

Trofeo José Tomás (La figura más importante de los últimos 50 años debe ser el paradigma de los toreros en lucha)premio al triunfador del ciclo.

Trofeo Ramón Mora-Figueroa (El artífice del encaste hegemónico del siglo XX debe ser el paradigma de los ganaderos en ascenso)premio a la ganaderías más completa.

Tercer ciclo: Toreros del futuro. Hay novilleros aunque se piense lo contrario. Los invisibilizan los medios de comunicación. Pero los hay. Eso sí, lastrados por la reducción del número de novilladas, lo que afecta a su destreza. Pero los hay. Entre todas las regiones taurinas españolas, Francia, Portugal y los países americnos, los suficientes para montar un buen ciclo.

El novillo: Antes, el utrero lidiado en Madrid tenía trapio de novillo. Hoy el lidiado en Madrid, gracias a su mejor nutrición, saneamiento y preparación, es un toro con toda la barba, pero con la edad (muy avanzada) de novillo. Es imperativo regresar al novillo-novillo, de las ganaderías que mejor embisten, si se quiere sembrar el toreo del futuro.    

Trofeo José Cubero “Yiyo” (El Yiyo fue líder de los novilleros y no alcanzó el grado de figura porque lo mató un toro): premiará al triunfador un jurado compuesto por matadores de toros retirados.

Cuarto ciclo: Jinetes en la cumbre.  Cita con los mejores rejoneadores de España, Portugal, alguno de Francia y si fuera factible, otro de América. Uno de los festejos será una corrida a la portuguesa, con forcados.

El toro: Lógicamente se programarán “murubes”, pero también otros hierros propicios para el rejoneo, incluido el encaste vazqueño.

Trofeo Ángel Peralta (de hecho quien estructuró la lidia a caballo en tres tercios, dando más amplia dimensióna la faena del segundo tercio)

Trofeo Álvaro Domecq (ganadero de arte y rejoneadoor de arte) premio a la corrida más brava.

Justificación de la Feria: En el presente que vive la tauromaquia, expulsada de las televisiones generalistas de cobertura nacional, minusvalorada en el resto de los medios de comunicación y refugiada en las redes de internet (en las que solo visitan los portales taurinos los aficionados), la sociedad, especialmente los jóvenes, se han alejado de la Fiesta y los toreros se han convertido en personajes semianónimos, salvo contadísimas excepciones: tres o cuatro superfiguras y aquellos que han hecho marca a fuerza de años.Cuando Canal + preguntaba al público a las puertas de la plaza qué les parecía el cartel, pocos sabían lo que iban a ver. 

En consecuencia, la principal misión de la Feria mundial de San Isidro es dar visibilidad a los toreros y a las ganaderías. Enmarcarlos en ciclos que los jerarquicen, comprometerlos competitivamente en lucha por el trofeo final a cada triunfador, e incentivar con una intriga determinante el interés de cada ciclo. A las figuras, en el gran “master” de la tauromaquia; a los toreros de todos los países taurinos, en el Encuentro Internacional; a los jovenes en busca de permanencia, en el ciclo Nuevos Maestros; a los novilleros punteros, para acceder con fuerza a la alternativa; y a los rejoneadores, para que su público festivo capte los verdaderos valores de la tauromaquia a a caballo. La propuesta isidril que me he atrevido a sintetizar no es más que una idea de lo que debe ser la Feria de San Isidro en el siglo XXI. Seguro que hay otras, y mejores. Contra lo que se piensa las corridas de toros son una fiesta finámica, muy evolutiva. Los toreros han evolucionadoel toreo de manera exponencial y los ganaderos han llevado la bravura a un extremo inimaginable hace tan solo unos años. Es hora ya de que los empresarios renueven su fosilizado criterio de programación. Por ejemplo, los que tu aportaste a Nîmes en las últimas décadas.

Me consta, Simón, tu sagacidad y conocimiento del mundo del toro y tu inventiva como productor del toreo. No conozco a tu colega Rafael Garrido, me dicen que es un empresario inteligente. Y me consta el buen trabajo que Victor Zabala hizo años pasados con la tauromaquia de base. Se comenta que una programación estelar se abrirá en Las Ventas durante los meses de junio y julio. Tal vez eso explique la cuadratura clasicona del próximo San Isidro. Público se ha hecho viuestro acuerdo con One Toros y las expectativas insólitas y extraordinarias que plantea. Pero de esta buena nueva trataré próximamente.

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