EL ÚLTIMO MALETILLA – Cap 10. Tentaderos míticos. Sanchez Arjona

Sanchez Arjona, Una casa ganadera a la que los capas apreciábamos mucho, en base al trato que siempre nos daba allí su ganadero. Don Javier, un hombre de negocios de la industria del automóvil a la par que un excelente ganadero se declaraba un apasionado de los encastes Coquilla y Domecq, que en aquellos años componían su vacada. Hace unos meses me entristeció saber que lidio su ultima novillada de encante Domecq en Valdemorillo, una verdadera pena.  

En aquellos días eran los primeros que yo empece a hacer collera con el Mateo, nos orientamos del tentadero y para allí fuimos los dos capas. Siempre que íbamos a casa de Arjona nos llamaba la atención que desde que nos bajamos del coche que amablemente nos traía a dedo hasta el cruce del desvío a Retortillo en la carretera nacional, desde ahí hasta la finca el Collado nos encontrábamos por el camino con infinidad de culebras bastardas y cada día hacíamos un concurso todos los aficionados que íbamos, de quien era el que acertaba el número final de reptiles que viéramos hasta la platica de tientas.

Ese día venían los alumnos de la escuela taurina de Valencia, hacia un día despejado y las vacas fueron extraordinarias, pero por desgracia los novilleros de la escuela estaban un poco verdes y el ganadero no lograba ver en su totalidad las vacas como el quisíera. Así que notábamos que deseaba que llegara el momento de que saliéramos los dos capas a darles fiesta de verdad a las becerras. Recuerdo que ese día estábamos inspirados y que ambos la montábamos en cada vaca que salíamos. Eran unos repasos apelotantes a los alumnos valencianos y el ganadero en pleno éxtasis se volvió loco en mitad del tentadero por como hacíamos embestir a sus pupilas.

Total que ese día gracias a nosotros dos, de seis vacas se aprobaron cuatro y para mi mismo me sentí pletórico ya que fue la primera vez que gracias a mi toreo se le perdonaron la vida a dos animales. Aquel día salimos de la finca con una sensación de borrachera de toreo que nos hizo parecer que mediamos dos palmos mas y ante todo sintiéndonos tela de toreros. Bonito día vivimos en casa de don Sanchez Arjona. Pero a la que terminó el tendadero tuvimos otra aventura que relataré en el siguiente capítulo.

Continuará……