El Sector
LA EMPRESA – La intriga de la plaza de Zaragoza
Las cosas claras. Los toros pasan en Aragón por horas bajas. Un dato de la tauromaquia de base (festejos populares). En el año 2018 se celebraron 2009 festejos; en 2019, solo un año después, 1079. El coso de la Misericordia, que antaño llegó a ser una plaza de temporada (corta, pero de temporada), hoy demanda en su pliego adjudicatario una justita semana de toros en la Feria de la Virgen del Pilar y dos corridas por san Jorge, más los festejos populares matinales que se programen.
Luego está la enigmática cifra de 182.593 mil euros de canon anual (¿corresponde al coste de mantenimiento del edificio?), que puede parecer correcta pero solo es la cifra de salida de una subasta indisimulada. Si esta cantidad inicial fuera el canon definitivo gravaría el montaje de cada festejo en 15 mil euros aproximadamente . Por desgracia, las subastas se sabe como empiezan pero no cómo terminan. Y es de temer que la del coso de la Misericordia termine muy alto, lo que repercutirá en el precio de las entradas.
Y lo peor: concesión de la plaza por cuatro años. ¿Qué empresa puede ampliar (o trabajar) un mercado, fidelizar una clientela, identificar la plaza con la ciudad en cuatro míseras temporadas? Dos conclusiones: primera, la Diputación, propietaria del histórico coso, no tiene la menor idea de toros, ni tampoco de lo que es llevar un negocio; segunda, al gobierno de Aragón la tauromaquia le importa un bledo.
Y a lo mejor resulta que esta actitud oficial, como mínimo indiferente hacia la Fiesta, es buena. Puede conllevar un dejar hacer a los taurinos para que sean ellos los responsables de su destino, lo cual es positivo aunque la concesión sea tan corta, si el nuevo empresario es generoso y se limita a dar buenos espectáculos sin pensar que está sembrando para el empresario que venga después. A pesar de ese halo de tacaña mediocridad que emana el pliego son muchas las empresas que licitan: pequeños empresarios españoles y dos grandes grupos, uno hispanomexicano (desdoblado en dos empresas), otro hispanosuizo y varias empresas españolas. La pugna es interesante, porque tiende a la globalizaciòn empresarial del mercado taurino (España y México, de momento) el segundo, porque podría establecer un eje poderoso entre tres plazas de primera: Madrid-Valencia-Zaragoza, y el tercero porque a veces el menos pensado se lleva el gato al agua. El grupo hisanomexicano ha puesto en práctica la razonable teoría de que la Fiesta para ser fuerte debe hacerse plurinacional en el seno de un mercado común formado por los 8 países taurinos. El segundo emprende la ruta de crear una empresa taurina sólida en un sector con casi todas sus empresas a la intemperie. El tercero representado por los empresarios españoles puede dar la sorpresa con un pliego de calidad irrefutable y unas ofertas de canon por una de las partes comedida en lo económico y por el otro un canon descabellado, a expensas de certificar la solvencia económica.