ACTUALIDAD – Segovia, corrida de San Pedro. Daniel Luque, virtuoso del temple

Daniel Luque, virtuoso del temple

Para entendernos, primero los toros. Una corrida de José Luis Pereda, correcta de presentación. Salvo el primero, hecho como una jirafa, que topaba por las nubes, todos embistieron. Mal pero con nobleza. Mal porque tenían voluntad de embestir sin ningún motor par hacerlo, y bien porque les gustaban los capotes y las muletas; a los hombres, ni caso. ¿Por qué eran así? Que lo explique el ganadero.

A Daniel Luque, virtuoso del temple, no le importó que los toros embistieran con la cara alta, o con viajes cortos, o con tres ritmos en una sola embestida, o sencillamente, que se pararan. Su capote, seda pura, los formalizaba nada más salir al ruedo. Y con la muleta, valor y arte, los toreaba como si les gustara embestir. Y para postre, tres estocadas fulminantes. ¿Orejas? El público pidió seis, el presidente concedió cuatro. ¿Alguna pega? Cuando Luque se desmaya con la muleta, le corta un poco el viaje al toro. Conclusión: Poner por delante de este torero a cualquier otro solo es cuestión de gustos.

Ángel Tellez es un elegante torero en ciernes. Por eso, la corrida no le fue propicia. Era complicada sin ser peligrosa, difícil de torear sin aparentarlo. No era el material más propicio para un torero nuevo que ha sido declarado triunfador de San Isidro. Quizá por eso le vi sobrado por fuera y tenso por dentro, muy compuesto cuando va al toro y cuando sale de la suerte, y más natural, como debe ser, mientras torea. Brindando es un cursi, toreando tiene clase. Su toreo con la mano izquierda es de oro. Pero un par de series de naturales en tres toros no es mucho, la verdad. 

Para concluir: En la plaza éramos mil y pico. ¿Por qué no va la gente a los toros? Porque los toros están proscritos en los grandes medios y a la gente solo conoce a tres o cuatro toreros. Que a la Fiesta la hayan encerrado en un gueto tiene estas cosas.