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FERIA DE SAN ISIDRO – Ureña y el toro de la tormenta

Fotos Alberto Simón - Plaza 1/ ALFREDO ARÉVALO.

El toro de La Ventana del Puerto fue un buen toro, pero perdió las manos alguna vez, a los toristas parecía que les habían mentado la madre y a Ureña le falto pulso. 

El toro de Domingo Hernández fue un gran toro, pero hablaba en castúo y Paco Ureña en murciano.

El toro de Adolfo Martín fue un morlaco con genio defensivo que no tenía un pase.

El toro de José Vázquez era un bravo que no admitía que lo hirieran los montados. Pero le gustó el picor de los rehiletes. Se quedó sin picar. Pero como era un bravo en modo bruto, no hubo nada que hacer.

El toro del Conde de Mayalde, que sustituyó a uno de Juan Pedro Domecq, fue bravo y emotivo, lo acompañó en la muleta una tormenta que puso banda sonora al toreo mientras su liberador torrente de agua lavó la mente de los espectadores. Y como Ureña, heroico, lo toreó de verdad, los oles compitieron con los truenos, la emoción se impuso al aburrimiento, la verdad del ruedo derrotó al pureta del “crúzate”, y como una estocada dio con el toro en la arena, los pañuelos flamearon catárticos. Por desgracia, el presidente, bajo techo en su lejano palco, no participó de la magia escénica que se había apoderado de la plaza. Y solo le dio una oreja, no fuera a salir el hombre por la Puerta Grande, hasta ahí podríamos llegar.

Pasado el estremecimiento de un toreo tormentoso bajo la tormenta que supo acompañarlo, la corrida volvió a su ser.

Y el toro de Victoriano del Rio fue malo con ganas. Y no tuvo un pase.

Primera conclusión: El fantasmagórico “sistema” que se ha cebado este año con Ureña está de enhorabuena. Pero los aficionados siguen creyendo en él.

Segunda conclusión: la exigencia está bien, la intransigencia está mal. Que los intransigentes manden en la plaza está peor.

Tercera conclusión: Cruzarse a pitón contrario es lo correcto cuando se cita a un toro parado. Cuando un toro se para antes de llegar al embroque, el torero nunca está cruzado, porque lo cogería el toro. El cite cruzado siempre reduce la dimensión del pase y si el toro se mueve, el cite en línea es más auténtico y da mayor dimensión a la embestida. 

Cuarta conclusión: Cuando el torero se cruza sin que lo pida el toro, la gente aplaude, no sabe que cruzarse a veces es necesario, pero siempre es una ventaja. En la plaza de Madrid hay unos indocumentados que pitan y no tienen ni puñetera idea.

Y quinta conclusión: los presidentes de Las Ventas son los más tontos de España.   

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