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El Sector

LA EMPRESA – Ha muerto José Antonio Chopera, gran empresario taurino

Fotos Alberto Simon

Por Jose Carlos Arevalo

por José Carlos Arévalo

El empresario es un actor fundamental de la Fiesta. Si los toreros son responsables de la brillantez de una corrida, el empresario es responsable de la brillantez de una feria o de toda una temporada. Yo empecé a fijarme en José Antonio Martínez Uranga cuando comprobé que “sus” ferias de Salamanca eran mejores, en mi opinión, que las de su primo Manuel Martínez Flamarique. No voy a cometer el desatino de compararlos seriamente. Ni es el momento, ni hacerlo serviría para nada. Pero algo hay que decir. Por supuesto, Manolo Chopera tuvo más peso en la Fiesta, pero a mi me gustaba el binomio José Antonio Chopera y Piédrola, su veedor. Y en Salamanca embestían más los toros de los “Choperitas” y en los carteles había más “química” entre toreros y toros. 

Tampoco voy a analizar seriamente sus dos épocas en Madrid. A tiempos distintos corresponden gestiones distintas. Martínez Flamarique acrecentó el abono hasta la cifra de 18 mil, amplió los buenos carteles hasta el mes de julio y consolidó la Feria de Otoño; Martínez Uranga mejoró sustancialmente San Isidro y mantuvo el nivel de Otoño. Ninguno de los dos supo oponerse al desbarre del toro en Las Ventas, iniciado por Juanito Martín. Pero Martínez Flamarique homogeneizó el toro por lo grande-grandísimo y al toro de Martínez Uranga le crecieron los cuernos, no tanto como al de ahora, pues en Las Ventas solo se ve un tipo de encornadura: la cornalona.

Dicho esto, digo también que los últimos años de Martínez Uranga en la plaza de Madrid fueron magníficos, afirmación que extrañará. Y la razón es muy clara: al empresario taurino siempre se le descalifica, hasta cuando las cosas le salen perfectas. Lo cierto es que tras su larga experiencia había llegado a un grado de conocimiento deparado porque desempeñó muy variadas tareas en el campo de la tauromaquia. ¿Qué puede saber de toros un hombre que viajó veinte años, de plaza en plaza por todo el planeta de los toros en el coche de Paco Camino? ¿Cómo conoce el toreo un taurino que apoderó al mismo tiempo a Paquirri, Dámaso Gonzalez, José María Manzanares y el Niño de la Capea?  ¿No fue acaso el taurino que mantuvo en alto el interés de las novilladas cuando Finito, Joselito, Ponce y Jesulín tomaron la alternativa, con la presentación de la collera Litri-Camino, el último hito novilleril hasta la llegada de El Juli?

Con la muerte de los grandes taurinos desaparece el testimonio de quienes protagonizan los entrebastidores de la historia del toreo. Y nunca los periodistas nos hemos percatado que ellos, conocedores del campo, vigías del toreo en los ruedos y protagonistas en los despachos, son nuestras fuentes más cabales. Ahora me arrepiento de  no haber viajado a San Sebastián para hablar horas y horas con el gran taurino en su retiro donostiarra. José Antonio era un hombre inteligente, que ocultaba su sabiduría tras un afilado sentido del humor, y tenía un libro apasionante que se ha ido con él al otro lado. Consuela saber que su hijo Manuel es depositario de su experiencia y está aquí para quedarse. Solidaridad contigo en tu dolor y suerte para el futuro, amigo.

San Sebastian. 27 de enero de 2004.

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