Contacta con nosotros

EntreToros

LA SEMANA TAURINA – San Isidro. Apuntes críticos (ll)

Los Avisos

Los hechos

Ayer, recibir un aviso era una penalización que desprestigiaba al matador.

Hoy recibir un aviso le avisa que la faena ha durado más de 10 minutos y el toro debería estar muerto. 

Ayer, las faenas duraban en torno a los 7 minutos. Y si el toro no se prestaba, menos. Un aviso era una penalización que demeritaba la mejor faena.

Hoy las faenas duran en torno a los 9 minutos, las buenas y casi todas las malas. Y se cortan muchas orejas después de haber sonado un aviso y, en ocasiones, hasta dos.

Las conclusiones

Hace algunas décadas se valoraba la intensidad de la faena, hoy también se valora la calidad, pero además el metraje cuenta. Para el aficionado villamelón (y hay unos cuantos) es un plus de voluntad y premia el trabajo (pero no el toreo). 

Antes las faenas duraban menos porque el primer tercio duraba más: se daban tres varas y había toreo de capa. Hoy, con el caballo fuerte y pesado y con un toro que se emplea mucho, un solo puyazo suele ser demoledor, por lo cual el tercio de varas se ha convertido en un rápido (y necesario) trámite.

La lidia es un sistema del toreo gobernado por el equilibrio. Vean ustedes la prueba, el actual desequilibrio en la suerte de varas quita sentido, incluso gravedad, a los avisos. En América solucionan la injusticia de penalizar largas y buenas faenas ordenando que el tiempo del aviso cuente a partir del primer pinchazo. Solución no siempre válida: en general, la corrida se alarga aunque el toreo no se mejora. ¿Qué hacer en el país que inventó los reglamentos taurinos? Pues reglamentar de nuevo el primer tercio. Pero, ¿quién coge esa mosca por el rabo?    

Una pregunta final: ¿hay alguien que haya contado los avisos en lo que va de feria?

Advertisement

Copyright © 2021 - EntreToros | Prohibida la reproducción y utilización total o parcial, por cualquier medio, sin autorización expresa por escrito.